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Perú es un país con una vasta cantidad de ciudadanos indígenas, además forma parte de los denominados países andinos latinoamericanos. En otros países andinos, como en Ecuador y en Bolivia, existen partidos políticos conformados por ciudadanos indígenas que inciden en la formación de políticas públicas, en el debate público, así como otros asuntos relevantes para su realidad social. Sin embargo, en el Perú no contamos con ningún tipo de representación política vía partidos de este grupo importante de la sociedad peruana.
Nuestro país es uno de los países latinoamericanos con mayor cantidad de ciudadanos indígenas. Al igual que Bolivia y Ecuador, formamos parte de los denominados países andinos. Sin embargo, a pesar de tener una gran cantidad de ciudadanos indígenas y de ascendencia indígena, Perú no cuenta con un partido político fuerte que defienda las luchas de este grupo importante de ciudadanos. A diferencia de Ecuador, que cuenta con Pachakutik, o Bolivia con el Movimiento Al Socialismo (MAS), los cuales son partidos políticos relevantes para la arena política de ambos países, Perú carece de un movimiento de esta magnitud y capacidad de movilización. En este sentido, es válido preguntarse, ¿Por qué Perú no ha podido consolidar un partido político que defienda las causas de los ciudadanos indígenas?
La década de los noventa e inicios de los dos mil fueron años donde un sector significativo de la ciudadanía empezó a desencantarse del modelo económico neoliberal. Por un lado, en Ecuador, el “antecedente a la creación del Movimiento Plurinacional Pachakutik-Nuevo País fue el triunfo de los movimientos sociales en el plebiscito de 1995 contra la privatización del seguro social, el intento de penalizar la huelga de los servidores públicos, y varias otras propuestas que intentaban acentuar el modelo neoliberal en el país” (Larrea, 2004, p. 68). Por otro lado, para Zuazo (2009, p. 27), en Bolivia, el Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP) entra en auge por la crisis social del modelo neoliberal, la ruptura del campo a la ciudad, el proceso de municipalización iniciado en 1994 y la poca representatividad de los partidos bolivianos convencionales.
En el Perú de los noventa y dos mil, también hubo condiciones similares para la emergencia de algún partido político reformista y de tendencia indigenista. “En Perú, entre 1990 y 2000, durante el gobierno del presidente Alberto Fujimori, empezó una flexibilización del sector minero con privatización de empresas transnacionales. Una tendencia que continuó con los gobiernos siguientes” (Tempelmann, 2015). Después del asentamiento de las políticas neoliberales, una gran diversidad de empresas transnacionales, con el permiso del Estado, aplicaron acciones extractivistas en diversas zonas geográficas del Perú, y en muchos casos dentro de espacios pertenecientes a las comunidades indígenas. “La competencia por el acceso a los recursos naturales ha conllevado conflictos entre las comunidades campesinas e indígenas y las empresas mineras” (Tempelmann, 2015). Los conflictos como el baguazo ejemplifican este tipo de tensiones generadas entre el Estado en alianza con las empresas mineras, versus la ciudadanía campesina e indígena. Este tipo de momentos fueron claves para la conformación de partidos políticos indígenas en Ecuador y Bolivia, sin embargo, en Perú aún no tenemos un partido político indígena fortalecido.
Se puede deducir, entonces, que las razones por las que en Perú no contamos con un partido político indígena son diversas. En primer lugar, el conflicto armado interno es una de las razones principales por las que no contamos con un movimiento de esta índole. Las secuelas del conflicto armado interno para la actividad política del Perú son diversas. El debilitamiento del sistema de partidos es una de las secuelas más reconocidas de este hecho histórico. Sin embargo, este también afectó en demasía a la conformación de movimientos sociales indígenas y en la conformación de partidos políticos indígenas. La socióloga Maritza Paredes (2015, p. 45), nota que la representación indígena local en los andes se ha debilitado por el conflicto armado interno debido a que grupos terroristas como Sendero Luminoso asesinaron a una gran cantidad de políticos locales. Este tipo de hechos hace que los ciudadanos tengan temor de participar en la arena política para proponer cambios y fortalecer partidos a nivel regional y comunal.
En segundo lugar, y en relación a lo mencionado en el párrafo anterior, el estigma neoliberal hacia la izquierda política y hacia los políticos no limeños tras la dictadura fujimorista y las secuelas del conflicto armado interno ha hecho que diversos grupos políticos defensores de los derechos indígenas se debiliten, así logrando que no se pueda conformar partidos políticos indigenistas hasta la actualidad. Para Paredes (2015, p. 45), existe una estigmatización fuerte ante la actividad política ya que si un grupo de ciudadanos indígenas deciden apoyar a grupos políticos de izquierda estos serán terruqueados a más no poder. Hoy es bien sabido que desafiar al establishment es una tarea bastante complicada debido a que tanto el Estado, como sus instituciones, los medios de comunicación e incluso grupos de la sociedad civil estigmatizan todo tipo de lucha social anti-establishment. Este factor resulta importante para entender, la imposibilidad de fortalecer un partido político indígena en el Perú puesto que, al vivir en una sociedad que no reconoce a estas luchas sociales como legítimas, no se pueden fortalecer demandas relevantes para la consolidación de un partido político de este tipo.
En tercer lugar, si bien en el Perú los discursos reivindicativos-étnicos han sido importantes para determinar el apoyo de ciertos candidatos a la presidencia, no han sido suficientes para consolidar un partido político indígena. En las comunidades indígenas de los Andes peruanos, existen una gran cantidad de problemas en la relación Estado y empresa – ciudadanía. Esto hace que los indígenas consideren más importante solucionar este tipo de problemáticas que fortalecer su identidad étnica en rubros políticos. Van Cott (2005, p. 157), considera que, en los Andes, los movimientos sociales indígenas estuvieron más involucrados en las luchas antiextractivistas que en las luchas de la identidad étnica, generando así mayor unidad para luchar en contra de las empresas transnacionales que trabajar en favor de una identidad étnica fuerte. Para conformar un partido político indígena, la identidad indígena debería ser clave, sin embargo,esta resultaun incentivo poco fuerte en la consolidación de un partido político indígena.
En síntesis, el Perú no estaría contando con un Partido Político indígena debido al debilitamiento de la sociedad civil tras la época del conflicto armado interno, a la estigmatización política proveniente de los sectores de la derecha peruana y a factores coyunturales que imposibilitan un debate fortalecido sobre la identidad étnica en el Perú. Es totalmente necesario que la sociedad civil rompa con su estigma contra los ciudadanos indígenas para que el Estado empiece a involucrarlos en la toma de decisiones y así puedan fortalecer un partido político que pueda incidir en las políticas públicas y en el fortalecimiento de los derechos humanos en el Perú.
Bibliografía:
Larrea, A. (2004). El Movimiento Indígena Ecuatoriano: participación y resistencia. OSAL, Observatorio Social de América Latina, (13), 67-76.
Paredes, M. (2015). Representación Política Indígena Un análisis comparativo subnacional. Jurado Nacional de Elecciones.
Tempelmann, M. (13 de diciembre de 2015). Perú: la transición hacia un modelo post-extractivista. Transiciones.org. https://transiciones.org/peru-la-transicion-hacia-un-modelo-post-extractivista/
Van Cott, D. (2005). From Movements to Parties in Latin America The Evolution of Ethnic Politics. Cambridge University Press.
Zuazo, M. (2009). ¿Cómo nació el MAS? La ruralización de la política en Bolivia. Fundación Ebert.
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