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Con la llegada de diversos espacios de democratización de ideas, la cultura comunicacional interactiva de mensajes, en su gran mayoría relacionados a la política, ha dejado de atravesar necesariamente filtros de autocrítica, verificación de hechos y, mucho más preocupante a mi opinión, graduación de expresiones culturales y políticas a través del entendimiento de matices dentro de los posicionamientos ideológicos. En otras palabras, dentro de las posturas políticas y sociales, cada vez son más las personas que deciden abrazar los extremos antes que darles un verdadero valor a los matices para poder enriquecer sus propias concepciones ideológicas.
En ese sentido, se debe entender que nuestro contexto nacional no es nada ajeno a esta realidad. Sin duda alguna, la cultura política peruana se caracteriza por un constante enfrentamiento de ideas, y no precisamente con el objetivo de encontrar una síntesis dialéctica, sino con la finalidad de, muchas veces, intentar demostrar quién tiene la razón y quién se equivoca. Un claro ejemplo de lo mencionado anteriormente es la situación coyuntural respecto a la Reforma Universitaria y su actual contrarreforma. Por dicha razón, en el presente artículo se abordará cómo se ha venido manifestando un discurso polarizado dentro de la situación actual de la contrarreforma universitaria y, de la misma manera, por qué este discurso debilita y no aporta a la comunidad educativa de nuestro país.
Antecedentes
Para poder entender el argumento del presente texto, es sumamente importante analizar lo que ha venido sucediendo con la Reforma Universitaria en el Perú. Hace algunos días, el Congreso de la República que, según una encuesta de Ipsos, cuenta con 82% de desaprobación por parte de la población peruana, decidió en segunda votación aprobar los proyectos 697, 862, 908 y 943, que, sobre la práctica, limitan el rol fiscalizador de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) y proponen cambios poco beneficiosos dentro del consejo directivo de esta institución. De manera más esquemática, permiten que, dentro de la Sunedu, los rectores y autoridades, bajo la falsa idea de darle mayor autonomía a las universidades, puedan ser juez y parte dentro de las decisiones de licenciamiento y fiscalización de sus propias casas de estudio y casas afines.
Esto ha generado en la población peruana un marcado descontento social. Diversos estudiantes y miembros de la sociedad civil, en donde me incluyo, hemos convocado marchas a nivel nacional para manifestar nuestra desaprobación a lo aprobado por el Poder Legislativo. Puesto que, no solamente atenta contra el bienestar de la calidad universitaria, sino permite también que personas sin escrúpulos puedan seguir lucrando a costa de la necesidad de muchos jóvenes que buscan ejercer su derecho a la educación y se les ofrece una falsa oferta educativa que no cumple con requisitos mínimos para funcionar como universidad.
Desde mi punto de vista, es inconcebible que el Parlamento apruebe estas normas, pues es de público conocimiento que lo hace por las diversas relaciones directas que tienen varios congresistas con universidades que no recibieron licenciamiento por no cumplir con las Condiciones Básicas de Calidad (CBC). El Congreso de la República no está priorizando a la población estudiantil al momento de tomar estas decisiones y, lamentablemente, está cayendo en falsas narrativas como, por ejemplo, creer que la Sunedu está siendo cooptada por personas de una determinada ideología y que la única manera de hacerle frente a esta falsa situación es restructurando su consejo directivo.
Sin duda alguna, esta no es la primera vez que se intenta dinamitar los avances de la Reforma Universitaria, no obstante, dentro de los gremios estudiantiles y la sociedad civil en general, en este caso en particular, se han visto marcadas dos posturas muy polarizadas en cuanto a lo que vienen sucediendo respecto a esta contrarreforma y que hasta el día de hoy solo han generado resquebrajamientos en los gremios estudiantiles.
Defensa irreflexiva y obstruccionismo inútil
Por un lado, contamos con la defensa irreflexiva de la Reforma Universitaria y de lo que deviene de ella. El sector de la población que ha adoptado esta postura niega que la Reforma Universitaria sea perfectible (pues, según ellos, ya es perfecta) y establece que todo lo que deviene de ella como, por ejemplo, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria no debe atravesar ningún cambio. En lo personal, considero esta postura sumamente peligrosa, pues, al igual que los fundamentalistas religiosos, no dan cabida para un posible debate que mejore las circunstancias no solamente de la Reforma Universitaria, sino de la calidad educativa en general. De la misma manera, es menester entender que no es beneficioso para nosotros como estudiantes negarnos a una contrarreforma universitaria que puedan mejorar la situación de la actual reforma. Por ejemplo, establecer una perspectiva interseccional dentro de las CBC podría ser beneficioso para entender que no todas las universidades pueden cumplir de manera cabal con los requerimientos que establece la Superintendencia (no por el hecho de que no quieran hacerlo, sino por no contar con la atención suficiente del Estado para lograrlo).
Del mismo modo, una contrarreforma que permita una participación mucho más activa y deliberativa de los gremios estudiantiles dentro de las decisiones relacionadas con la Superintendencia sería útil y saludable para la representación de la comunidad estudiantil en las decisiones relacionadas a nuestra educación. En síntesis, se debe comprender que una defensa acrítica de la Reforma Universitaria es dogmatismo que no permite analizar un panorama holístico que cómo podemos mejorar para beneficiar a la comunidad universitaria y académica del Perú.
Por otro lado, en las antípodas de la postura anterior, encontramos al obstruccionismo inútil. En primera instancia, se me hizo algo difícil definir si catalogarlo como "útil" o "inútil". Puesto que, no alzar la voz de manera tajante frente al accionar del Congreso por la falsa creencia que de que se está "defendiendo a Sunedu", es un actuar útil para los intereses de los congresistas. Mientras que, no reclamar frente a este atropello que busca lucrar con la educación y dinamitar lo avanzado con la Reforma Universitaria es inútil para las demandas de la comunidad estudiantil. De esta manera se debe entender que, ver a la Sunedu y la Reforma Universitaria como un aliado contextual no está mal, y no supone tampoco una carta blanca para que la Superintendencia pueda salirse de los límites establecidos por ley y nuestras demandas como estudiantes. Lo único que hacemos con una postura también dogmática frente a Sunedu y la reforma, hoy en día, es ser aliados (o personajes útiles) de esas decisiones poco provechosas que toma el Congreso respecto a nuestra educación.
Finalmente, creo que para poder establecer una buena contrarreforma ─ que es lo que muchas personas con esta postura buscan ─ se debe de alzar la voz frente a esta falsa contrarreforma presentada por el Congreso que no permite la participación de alumnos y prioriza interese partidarios antes que estudiantes. Puesto que, si somos ajenos a esta realidad estaremos legitimando implícitamente algo que no nos conviene como estudiantes.
Conclusión
En conclusión, es sumamente necesarios que como miembros de la comunidad estudiantil no nos dividamos al momento de hacerle frente a las decisiones del Congreso que vulneran directamente nuestra educación. El hecho de que existan posturas contrapuestas respecto a la Reforma Universitaria es bueno, pues genera debate y un proceso dialéctico que busca una mejor síntesis respecto a cómo pensar la educación universitaria del país. No obstante, abrazar posturas polarizadas respecto a esta situación solamente nos debilita como gremio estudiantil y permite que los congresistas que ya tienen un proyecto de ley aprobado en segunda votación puedan decidir, sin importa lo que digamos, sobre nuestra educación y nuestro futuro como país.
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Referencias
Ipsos. (2022). Encuesta El Comercio - Ipsos Mayo 2022 - Primera parte. Lima. Ipsos Perú. Consultada el 18 de mayo de 2022.
Patriau, E. (2022). El Congreso le da un zarpazo a la reforma universitaria. Lima. Redacción de La República. Consultada el 18 de mayo de 2022.
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