Los nuevos discursos políticos en América Latina: ¿Qué podemos esperar en las próximas elecciones?
- SABF
- 15 mar
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A partir de esta experiencia en el South American Business Forum, surge la idea de este artículo, que comienza con una reflexión inicial escrita por Lia Florentino, antes de dar paso a las contribuciones de seis personas excepcionales, quienes, desde sus respectivas realidades nacionales, aportan su perspectiva y compromiso con el cambio social. En representación de Chile, Martina Rosen; de El Salvador, Luciana Sandoval; de Brasil, Laura de Azevedo Viana; de Argentina, Pilar López Novoa; y de Paraguay, María Belén Rojas. En conjunto, buscamos analizar los nuevos discursos políticos en América Latina y lo que podemos esperar de las próximas elecciones. Además, la moderación estará a cargo de Julio Mayorga, asociado del área de comunicaciones de Letras, Ciudadanía y Política.

En agosto del año pasado tuve el privilegio de ser elegida para formar parte del South American Business Forum, un evento que reúne a 100 líderes universitarios de todo el mundo para debatir sobre los desafíos globales desde una mirada interdisciplinaria que enriquece completamente la dinámica de este foro y, a mi parecer, es lo que lo posiciona como uno de los mejores eventos académicos a nivel mundial. La 20ª edición, bajo el lema “Más allá de lo establecido", planteó preguntas fundamentales sobre el impacto de la influencia, la dualidad del individuo y el escenario del cambio, temas que resultaban, y resultan, de suma importancia.
Durante esos días, tuve la oportunidad de conocer a personas extraordinarias, intercambiar ideas con jóvenes de distintas nacionalidades y ser testigo de debates profundos sobre el futuro de nuestra sociedad. Las plenarias, dictadas por expertos en diversas disciplinas, me dejaron claro que los retos del presente sólo pueden abordarse desde una perspectiva integral: el liderazgo, la inteligencia artificial, la propaganda política y las relaciones sociales no son más que engranajes de una misma realidad.
Pero más allá del conocimiento adquirido, lo más valioso del SABF es su capacidad para generar e impulsar espacios de diálogo entre personas con perspectivas diversas, creando un espacio donde el debate es un puente para la comprensión mutua. En un contexto donde la polarización parece haberse convertido en la norma, el foro nos recordó la importancia de construir una visión colectiva basada en el respeto, el pensamiento crítico y la inclusión de todas las realidades. Nos desafió a encontrar puntos en común sin renunciar a nuestras convicciones, a practicar la empatía sin perder la claridad en nuestras ideas, y a imaginar un futuro en el que las diferencias sean un motor de transformación en lugar de un motivo de confrontación.
Bajo el espíritu del debate y la reflexión, surge la idea de este artículo, donde buscaremos discutir los nuevos discursos políticos en América Latina, con miras a lo que podemos esperar de las próximas elecciones. En este sentido, dicho artículo será fruto de una experiencia compartida con seis personas excepcionales, cada uno aportando su propia perspectiva y compromiso con el cambio social. Además, la moderación estará a cargo de Julio Mayorga, asociado del área de comunicaciones de Letras, Ciudadanía y Política.
Presentación de ponentes:

Desde Chile, Martina Rosen, estudiante de quinto año de Estudios Internacionales en la Universidad de Santiago de Chile, ha construido una destacada trayectoria en modelos de Naciones Unidas, desempeñándose como delegada, jefa de delegación y secretaria general. Su vocación por la diplomacia y el análisis de políticas globales se complementa con su labor como ayudante de investigación en el Centro de Estudios Migratorios.

Desde El Salvador, Luciana Sandoval Echeverría, licenciada en Lingüística con formación en Publicidad y Letras, ha encontrado en la palabra su mayor herramienta de transformación. Su liderazgo se ha forjado en el arte, la literatura, la cultura de paz y la salud mental. Actualmente, trabaja en una ONG, estudia teatro musical y es parte del proyecto juvenil Sueños y Letras, convencida de que un buen discurso puede cambiar el mundo.

Desde Argentina, Pilar López Novoa está finalizando su tesis en Estudios Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella, con especialización en democracia, liderazgo, género y derechos humanos. Su compromiso se refleja en la coordinación de múltiples espacios de participación y en su trabajo en organizaciones como Kairos Global, Youth Diplomats y Diplomatia, además de su participación en foros y congresos internacionales.

Por Brasil, Laura de Azevedo Viana ha enfocado su carrera en el Derecho Migratorio e Internacional, con un fuerte énfasis en derechos humanos y políticas públicas. Su perfil académico abarca investigaciones en políticas marítimas para el Naval War College y análisis de derecho ambiental para FUNBIO. Además, contribuye activamente en iniciativas legales contra la crisis climática a través de Climate Change AI y Latin American Climate Lawyers.

Por Paraguay, María Belén Rojas, abogada con formación en educación cívica y violencia de género, ha dedicado su carrera al liderazgo juvenil y la participación ciudadana. Actualmente, se desempeña como Secretaria de la Juventud en la Gobernación de Misiones, donde impulsa políticas públicas para la juventud y fomenta redes de liderazgo y espacios de participación democrática.
Cada una, con su historia y trayectoria, aporta una visión única a este espacio de diálogo y análisis.
Introducción por Julio Mayorga:
El panorama político latinoamericano de la última década ha sido tan complejo como cambiante. En lo que, según Luna y Rovira (2021) podríamos considerar un ciclo político de castigo a los oficialismos, las últimas elecciones han sido testigo de la aparición de discursos políticos más radicalizados y con exponentes tan excéntricos como Javier Milei, presidente electo en Argentina, o Nayib Bukele, presidente electo por segunda vez consecutiva, con ciertas discordancias constitucionales, en El Salvador.
Estos nuevos discursos vienen constituidos por un liberalismo económico extremo sin énfasis en la construcción de partidos políticos, reemplazando estos, por vehículos electorales personalistas sobre la figura de un líder (Luna y Rovira, 2021, p. 147). Además, se caracterizan por sus posturas morales conservadoras que, conducidas a través de un discurso populista y declaraciones irreverentes y desafiantes de sus representantes, ha terminado por ser la opción más llamativa para una gran multitud de electores, logrando imponerse en países como Argentina, Ecuador, Brasil y Paraguay,
Sin embargo, dichos discursos han caído múltiples veces en amenazas a los valores democráticos y a un conjunto de derechos y consignas ganadas por diversas minorías, como en los casos de Jair Bolsonaro en Brasil y Javier Milei en Argentina. Por esto, este artículo toma la iniciativa de armar una mesa de diálogo con lideresas de distintos países, unidas por el proyecto SABF, conocer y comparar sus perspectivas acerca de la presencia de estos movimientos en cada país, con el fin de obtener un mejor panorama y prepararse para asumir los retos democráticos que conlleven la participación de dichos espacios.
Para dar inicio al debate, es importante reconocer que el liberalismo en Chile ha pasado por diversas transformaciones, desde su rol en la consolidación del Estado hasta su evolución en el siglo XXI. Para comprender su impacto actual y sus perspectivas electorales, damos paso al análisis de nuestra representante chilena: Martina Rosen.
Martina Rosen en representación de Chile:
El liberalismo en Chile se remonta a la lucha por la independencia y al contexto de la Ilustración, en donde se defendía la libertad individual y la secularización del Estado por parte de los denominados pipiolos. Al conformarse el país, el Partido Liberal (1849-1966) jugó un papel crucial en la formación de la República Liberal —desde 1861 a 1891— que buscaba equilibrar los poderes del Estado y promover la igualdad jurídica, promoviendo reformas constitucionales para ampliar el sufragio y limitar al poder ejecutivo (Memoria Chilena, s/f).
Ahora bien, el partido como tal desapareció en la década de los 60´s y resurge nuevamente en el siglo XXI, fundado en 2013 tiene dentro de sus principios programáticos la promoción de las libertades individuales en materias valóricas, exigiendo neutralidad del Estado frente a la religión; de las libertades políticas para democratizar el poder y reducir los autoritarismos; y de las libertades de iniciativa, competencia y de emprendimiento (BCN, s/f). De esta forma, el discurso político liberal en Chile ha tendido hacia una mayor inclusión de temas sociales y económicos, sin perder el foco de sus temas centrales. Por ejemplo, Vlado Mirosevic, diputado y fundador del Partido Liberal, ha destacado en su candidatura presidencial por 2025 propuestas como la expansión del crédito, la promoción del transporte ferroviario y el fomento del bilingüismo en las escuelas (El Desconcierto, 2024), aunque no ha mencionado medidas concretas para llevar a cabo dichas propuestas.
Dentro de las proyecciones electorales —ya que se aproximan las elecciones presidenciales a finales de 2025—, Vlado Mirosevic se ha presentado como el primer candidato oficialista del Partido Liberal. Sin embargo, las encuestas sugieren que el oficialismo enfrenta un desafío significativo, puesto que figuras como Michelle Bachelet y otras del Frente Amplio y la izquierda tradicional tienen más apoyo en las encuestas. Además, la derecha chilena, con candidatos como Matthei y Kast, parecen tener mayor ventaja en las preferencias electorales (CELAG, 2025). Como tal el Partido Liberal en la actualidad ofrece una alternativa política moderada, pero no posee tanto peso en la opinión pública o dentro de la ciudadanía. De esta forma se ha evidenciado dentro de las candidaturas una falta de liderazgo político que es transversal a la ideología, ya que no generan consensos ni unidad, lo que ha llevado a la ciudadanía a pensar en votar otra vez por “lo menos malo”. En Chile pareciera reinar nuevamente la fragmentación política y el populismo, ya que las ideas programáticas de los partidos cada vez apuntan más a ser cortoplacistas y la agenda pareciera llevarla los medios de comunicación en vez de las personas.
Ahora bien, El Salvador ha sido escenario de profundas transformaciones políticas en los últimos años, con un gobierno que ha captado la atención mundial tanto por su discurso disruptivo como por sus estrategias de comunicación. Para comprender mejor este fenómeno y sus implicancias en el panorama político salvadoreño, damos paso al análisis de nuestra representante de El Salvador: Lucy Sandoval.
Luciana Saldoval en representación de El Salvador:
El Salvador ha sido un país marcado por la incertidumbre política y el desencanto ciudadano. Sin embargo, el discurso actual y los índices de aprobación gubernamental han captado la atención mundial. Este fenómeno responde a tres factores clave: el pueblo necesitado, la publicidad y la construcción de un enemigo común.
El pueblo, tras años de abandono, no ve la atención del gobierno como un deber, sino como un favor. Llega un punto en que lo bueno que ha hecho un presidente se diluye ante la imagen de una figura casi divina. Y más preocupante aún, cuando él mismo se asume como tal. No puedo culpar a mi gente por dejarse llevar por un discurso político cargado de odio, memes y mensajes en Twitter, cuando en el país escritores han señalado la falta de literacidad, de criterio propio y de calidad educativa. Un gobierno que, en vez de apostar por la educación, reduce su presupuesto. ¿Qué podemos esperar entonces del ciudadano?
El segundo factor es la publicidad. La narrativa oficial se ha consolidado desde las redes sociales, al aeropuerto lleno de mercancía con la cara de un gobernante, al ciudadano que ve en una canasta básica o un recibo pagado (de sus propios impuestos) un cambio tangible. Una estrategia impecable que solo un publicista de profesión podría ejecutar… Y lo hace. A veces, la distopía más cercana es la simple ceguera.
Y finalmente, un buen líder necesita un buen enemigo. En El Salvador, la oposición es ridiculizada y amenazada por su propia patria, que suele olvidar que, en retrospectiva, quienes cuestionan el poder son los que terminan teniendo razón. Este patrón no es exclusivo de nuestro país; América Latina atraviesa un ciclo de desencanto con los partidos tradicionales, que lleva al ascenso de figuras disruptivas. Pero la historia demuestra que estos gobiernos traen consigo tres constantes: una oposición debilitada, un aumento en la pobreza y el miedo de opinar libremente.
No creo que las elecciones sigan un rumbo diferente, porque sé que en América Latina la historia siempre se repite, y que quienes hoy encienden una vela al santo, mañana se la apagan. Solo cuando la generación desencantada comprenda que el cambio no llega con mesianismos, sino con conciencia crítica y educación, quizá entonces podremos escribir una historia diferente.
Continuando con Argentina, el país ha sido testigo de un giro político abrupto con la llegada de Javier Milei a la presidencia en 2023, marcando un quiebre con el esquema tradicional. Su discurso “anticasta” y su defensa del liberalismo económico han reconfigurado el panorama político del país. Para comprender el impacto de este fenómeno y su significado en el contexto latinoamericano, damos paso al análisis de nuestra representante de Argentina: Pilar López.
Pilar López en representación de Argentina:
En 2023, la República Argentina le dio la bienvenida a un candidato que apareció para romper los esquemas que anteriormente venían presentándose en el país: Javier Milei, con su discurso “anticasta” y su liberalismo económico, pudo ganar el ballotage contra el oficialismo tras un problemático gobierno de Alberto Fernández.
La Argentina de Milei podría considerarse otro efecto de una epidemia que pareciera haberse distribuido por múltiples partes del globo: el giro hacia una nueva derecha que, paradójicamente, intenta construirse sobre los pilares que la anterior derecha dejó como herencia.
El giro liberal y la reforma que trae consigo apunta a un nuevo modelo que va más allá de los cambios económicos, sino que pone en la mira los derechos y avances sociales que la Argentina ha experimentado en los últimos 20 años. Así, La Libertad Avanza se presenta como un nuevo futuro, pero uno que mira hacia atrás constantemente, trayendo a la mesa cuestiones que parecían zanjadas y reavivando viejos debates que ya parecían cerrados.
El caso argentino no solo muestra esta nueva ola liberal, tan característica del continente en su situación actual. También muestra la llegada de un nuevo tipo de político y forma de hacer política. En este sentido, las campañas y las redes sociales aparecen como germinadores y propulsores de la agenda derechista. Con el perfil de outsider (comprendiéndose con este término a un candidato que no proviene de la política, sino del “afuera”), Milei pudo presentar un discurso que planteaba poner fin a la “vieja política” y a la manera anterior de hacer las cosas, en las que “unos pocos (los políticos) se beneficiaban a costa del resto (el pueblo)”.
Resulta curioso cómo Milei pudo apelar a un colectivo de personas que iba más allá de la clase social, la edad o el lugar de residencia. Si bien es cierto que gran cantidad de jóvenes ingresaron en la política de la mano del grito VLLC (¡Viva la Libertad, Carajo!), los simpatizantes del actual oficialismo se hicieron presentes por un descontento común especialmente ante el estado de la economía y la seguridad argentina.
Siguiendo con Brasil, el escenario político del país se ha caracterizado por un vaivén entre políticas sociales progresistas y medidas de austeridad neoliberal. Este equilibrio ha marcado los gobiernos del Partido de los Trabajadores y su oposición, generando tensiones que se intensifican en cada ciclo electoral. Para comprender mejor este panorama y sus implicancias en el contexto latinoamericano, damos paso al análisis de nuestra representante de Brasil: Laura de Azevedo Viana.
Laura de Azevedo Viana en representación de Brasil:
El panorama político de Brasil, moldeado por un péndulo entre políticas sociales progresistas y austeridad neoliberal, enfrenta renovadas tensiones ante las próximas elecciones. La era del PT (2003-2016, 2022-2026) ejemplifica esta dualidad: los gobiernos de Lula redujeron la pobreza extrema mediante aumentos salariales y “Bolsa Família”, pero mantuvieron alianzas con las élites financieras, adhiriéndose a los objetivos fiscales del FMI. Este “neoliberalismo desarrollista” expandió el consumo a través del crédito, pero profundizó la financiarización entre los sectores más pobres. Aunque los indicadores de desigualdad mejoraron, la concentración de la riqueza persistió, evidenciando los límites de las políticas redistributivas dentro de un marco neoliberal.
El intento de Dilma Rousseff por girar hacia la izquierda chocó con vientos económicos globales adversos y el rechazo de las élites nacionales, culminando en su impeachment en 2016—un golpe parlamentario que rompió el vínculo entre el mandato electoral y la ejecución de políticas públicas. La posterior era Temer-Bolsonaro (2016-2022) desmanteló las protecciones sociales, ejemplificadas por la Enmienda Constitucional 95, que congeló el gasto público por 20 años, y una reforma previsional regresiva. La presidencia de Bolsonaro transformó el neoliberalismo en aporofobia, redirigiendo los fondos de asistencia social del empobrecido Nordeste hacia el próspero Sur, mientras socavaba las instituciones democráticas.
Con la llegada de nuevas elecciones, el resurgimiento de la coalición de Lula en 2022 señala un esfuerzo por revivir la socialdemocracia. Sin embargo, los desafíos son considerables. El PT debe reconciliar sus contradicciones pasadas: si bien se le atribuye haber sacado a 30 millones de personas de la pobreza, su apuesta por la inclusión financiera dejó un legado de endeudamiento familiar y servicios públicos desatendidos. Mientras tanto, el bolsonarismo conserva una base reaccionaria, explotando los temores de la clase media a la “desclasificación” y presentando las agendas progresistas como amenazas a la estabilidad económica.
En última instancia, las elecciones en Brasil pondrán a prueba si una coalición progresista puede abordar las desigualdades estructurales sin caer en las trampas neoliberales del pasado. La respuesta dependerá de la reconstrucción de la confianza en las instituciones públicas, la expansión de políticas fiscales más allá del consumo basado en el crédito y el enfrentamiento del dominio financiero sobre la política social. El fracaso podría profundizar la erosión democrática; el éxito, en cambio, podría reavivar un giro regional hacia un gobierno inclusivo, si la etiqueta “liberal” evoluciona más allá de la austeridad hacia una igualdad sustantiva.
Para cerrar este recorrido por América Latina, Paraguay nos muestra un caso donde la solidez de las estructuras partidarias ha resistido las tendencias de disrupción que han marcado otros países de la región. A pesar de la creciente influencia de nuevos liderazgos y el papel de las redes sociales en la movilización política, el panorama electoral paraguayo sigue estando dominado por fuerzas tradicionales. Con esto en mente, damos paso al análisis de nuestra representante de Paraguay: Maria Belen Rojas.
Maria Belen Rojas en representación de Paraguay:
En los últimos años, varios países de América han experimentado la irrupción de discursos políticos que prometen romper con el sistema tradicional. Estas propuestas han captado la atención de un electorado que manifiesta descontento con la política convencional. En Paraguay, la estructura partidaria ha sido históricamente sólida, lo que plantea la interrogante de si un fenómeno similar podría desarrollarse en el país.
Con la implementación de la lista abierta, se esperaba que surgieran nuevas oportunidades para liderazgos emergentes y que se propicia la alternancia en el poder. Sin embargo, los resultados han mostrado que quienes lograron fortalecerse fueron los sectores con mayor capacidad de movilización y estructuras partidarias consolidadas. Esto ha permitido que los espacios políticos tradicionales mantengan su influencia en el escenario electoral.
Al mismo tiempo, las herramientas de comunicación han experimentado una transformación. Las redes sociales y los mensajes directos han abierto nuevas formas de interacción entre políticos y ciudadanía, facilitando la llegada de mensajes a sectores que antes no participaban activamente en el debate público. En este contexto, el descontento con la corrupción y la percepción de ineficiencia estatal han generado un clima propicio para la búsqueda de alternativas.
En Paraguay, las elecciones de 2023 reflejaron parte de esta tendencia. Uno de los casos más notorios fue el de Paraguayo "Payo" Cubas, candidato que obtuvo el 22,91% de los votos (692.663 sufragios), posicionándose en tercer lugar. Su campaña se caracterizó por un discurso crítico hacia las instituciones y la clase política tradicional, lo que captó el apoyo de un sector del electorado. Sin embargo, la fragmentación opositora también incidió en el resultado electoral, permitiendo la continuidad del Partido Colorado en el poder.
Situaciones similares han ocurrido en otros países de la región, donde figuras con discursos disruptivos han ganado protagonismo. El debate continúa abierto sobre si estos movimientos representan una transformación genuina o una reformulación del populismo. Mientras tanto, el escenario político en Paraguay sigue evolucionando, con señales de cambio y continuidad en simultáneo.
Debate y discusión por Julio Mayorga
Luego de conocer estas interesantes y provechosas perspectivas, existen diferencias y similitudes, que nos ayudarán a dibujar un panorama mucho más claro y compuesto.
En este sentido, podemos apreciar que estos nuevos discursos han sido entendidos de diferentes formas. En países como Argentina, Brasil y el Salvador, surgen como una respuesta inmediata a los escándalos de corrupción, la constante fragilidad económica y los elevados niveles de inseguridad, canalizando estos problemas en propuestas extremistas. En contraste, el Partido Liberal de Chile ha conservado una integridad política mayor, rejuveneciendo los valores con los que el partido fue concebido, exigiendo respeto hacia las libertades individuales, el mantenimiento de los pilares democráticos y en oposición las políticas autoritarias —una notable diferencia con gobiernos como el de El Salvador y los intentos de Milei y Bolsonaro—.
Asimismo, parece ser que, justamente, la falta de radicalización de dicho discurso, es también el motivo por el cual el Partido Liberal chileno no ha conseguido una cantidad de votos lo suficientemente amplia como para poder competir en las últimas elecciones. Esto nos habla mucho de hacia dónde está dirigida la atención de la masa electoral, que ante las dificultades contraídas por políticas más moderadas, están en constante búsqueda de alguien que proponga medidas más extremas. Quedará pendiente observar cuál es el comportamiento del electorado chileno en las elecciones de este año.
Conclusiones
A partir de las perspectivas recolectadas, podemos hacernos una idea de que tipos de discursos acapararan la pantalla electoral en las próximas elecciones. Llegar a esta conclusión no es casualidad cuando tenemos en cuenta como los procesos de cambio político en la región siempre han tenido un efecto dominó, expandiéndose por toda la región con mucha facilidad.
Por todo esto, a través de este diálogo, hemos podido contrastar las formas y contenidos con los que estos nuevos discursos buscan interpelar a los electores. Además, nos ha proveído de un marco teórico que nos puede acercar una idea de cuáles puedan ser los discursos de este tipo en nuestras próximas elecciones. En este sentido, dichos discursos parecen personificarse en el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, candidato presidencial por el partido Renovación Popular para los comicios del próximo año. Este candidato ya se ha abanderado con las ideas neoliberales más radicales y se presenta como un conservador extremista, con lazos con el Opus Dei y con las élites más tradicionales del Perú.
Finalmente, este trabajo también es prueba de que, con la colaboración de los jóvenes que se encaminan a liderar sus respectivos países, podemos trabajar en conjunto para afrontar los retos que amenazan a nuestra generación, sobre todo, priorizando y garantizando el respeto irrestricto por los pilares democráticos, los derechos humanos, el bienestar social y la igualdad.
Bibliografía
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El Desconcierto. (2024, 17 de octubre). El candidato Vlado Mirosevic: ¿Liberal, conservador o equilibrado? El Desconcierto. https://eldesconcierto.cl/2024/10/17/el-candidato-vlado-mirosevic-liberal-conservador-o-equilibrado
Memoria Chilena. (s.f.). Partidos políticos: Partido Liberal. Memoria Chilena. Recuperado el 2 de marzo de 2025, de https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-543890.html
Luna, Juan Pablo, & Rovira Kaltwasser, Cristóbal. (2021). Castigo a los oficialismos y ciclo político de derecha en América Latina. Revista Uruguaya de Ciencia Política, 30(1), 135-156. Epub 01 de junio de 2021. https://doi.org/10.26851/rucp.30.1.6
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