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Los años: diario personal de Alonso Cueto, una introspección de la soledad del escritor

Foto del escritor: Edwin DíazEdwin Díaz
 “Uno escribe sobre lo que no sabía que le atormentaba. Es un ejercicio muscular, en el que el músculo principal es la imaginación” (Cueto, 2023). Si existe un modo de despojarse del mundo, es la escritura. ¿Te has preguntado en algún momento cómo el escritor convive consigo mismo en la elaboración de un libro? Los años: diario personal, nos muestra los relatos más íntimos de Alonso Cueto a lo largo de su vida, en el que invita al lector a reflexionar y cuestionarse acerca de la soledad del escritor y cómo se ve influenciado con el tiempo en relación a la muerte.


Leer, leer, leer; ¿seré lectura mañana también yo? ¿Seré mi creador, mi criatura, seré lo que pasó?

Miguel de Unamuno


La intimidad de los pensamientos y del alma de un escritor la podemos encontrar en sus diarios. Es un aprendizaje de convivencia en el que empatizas con sus dolencias, el pasado y la lucha cotidiana del autor en relación a la vida. Los años: diario personal de Alonso Cueto es un libro lleno de reflexiones que nos aproximan hacia él. Leer la presente obra literaria nos permite establecer una relación íntima y física en la que participan todos nuestros sentidos. Manguel (2022) nos presenta esta concepción en Una historia de la lectura:  


“El acto de leer establece una relación íntima y física en la que participan todos los sentidos: los ojos que extraen las palabras de la página, los oídos que se hacen eco de los sonidos leídos, la nariz que aspira el aroma familiar del papel, el pegamento, la tinta, el cartón o el cuero, el tacto que acaricia la aspereza o suavidad de la página, la flexibilidad o la dureza de la encuadernación; incluso el gusto, en ocasiones, cuando el lector se lleva los dedos a la lengua (que es el método por el cual el asesino de El nombre de la rosa envenena a sus víctimas)” (p. 241).


Ahora bien, en el libro Los años: diario personal se nos presenta la vida de Alonso Cueto, desde la muerte de su padre hasta posterior a la pandemia. Es el primer libro de Cueto que nos muestra su rutina, sus memorias y experiencias a lo largo de su vida en el que invita al lector acompañarlo en cada una de sus páginas. La presente reseña pretende vincular la importancia de la escritura con un concepto relevante que se presenta en el libro que es la soledad y la concepción del tiempo a través de la rutina y los recuerdos.


En primer lugar, se hace una introspección en cuanto a la conceptualización del tiempo. Cueto reflexiona en cuanto a la mortalidad de las personas y como la rutina va siendo monótona. Es entonces donde el reloj nos permite encontrarnos en el mundo y tener certeza de nuestra realidad, es una muestra de esperanza que vivimos un día más en este mundo lleno de incertidumbre. El autor, nos invita a abrazar la rutina y encontrar un refugio en ella. “La rutina es un oasis para protegernos de esos rostros nocturnos. Ahora ya no los recuerdo. Pero cada noche, vuelvo a ellos en las noches para abrazarlos” (Cueto, 2023, p. 8).  Sin embargo, Alonso propone salirse de esta cotidianidad, hay que reinventarlo para vivir. Por ejemplo, este señala en una entrevista que todos los días pasa por el malecón de Miraflores en su auto, pero un día durante el traslado de su trabajo a casa hubo un crepúsculo hermoso en el que él decidió bajar a apreciarlo. En efecto, hay que innovar en las cosas circunstanciales que surgen a partir de esa rutina. Es el tiempo el que se va transformando en cada presente y es el pasado el que va acumulando recuerdos.


Por un lado, la adolescencia de Alonso fue devastadora porque conocía la muerte desde el fallecimiento de su padre. Quizás, este momento tan triste en la vida del autor abrió paso a una reconstrucción de ese paraíso perdido a través de la escritura. “Escribo para que los personajes puedan estar vivos siempre (…) La muerte puede acabar con los seres reales, pero nada puede contra los imaginarios” (Cueto, 2023, p. 13). Este acontecimiento desencadenó que Cueto se refugie en la literatura, fue un acto para contrarrestar la muerte de su padre. El autor señala que, “todo lo que he escrito es un intento por recuperar el paraíso que perdí con la muerte de mi padre” (2023, p. 21). Es entonces que esto nos permite entender que, mediante la lectura, los escritores representan sus más íntimos pensamientos ya sea en forma de novelas, historias, poemas, etc. Asimismo, es mediante la literatura en las que permite también al lector alejarse de la cruda realidad. Pessoa señalaba que, “la literatura es la manera más agradable de ignorar la vida” (2017, p. 177). Por lo tanto, estos momentos significativos y controversiales en las vidas de las personas permiten que este pueda viajar en el tiempo para adaptarse a la narración, de tal modo, que se aísla de toda circunstancia que lo vulnere. 


Del mismo modo, Camus decía que un escritor trabaja en la soledad, es juzgado en la soledad, sobre todo se juzga a sí mismo en la soledad. De esta manera, el diario también nos muestra el contexto de soledad en el que se encuentra Cueto en el que señala a la soledad como requisito indispensable para escribir. Es “interrogar al silencio”. En efecto, considero que el escritor busca retratar su realidad mediante la creación literaria, es decir, es la representación de su voz. De ese modo, señala que, “escribir es el resultado de una conversación con uno mismo”. Como señala Camus, es el juzgamiento intrínseco que existe en el escritor. Al respecto, considero, que el escritor es libre en cuanto a la concepción de su historia en relación a sus pensamientos. Como me dijo alguna vez Cueto: siempre hay algo que contar.  Walt Whitman en su poema Carpe diem, versifica lo que menciono. “No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre”. Análogamente sucede lo mismo con la escritura, no hay que permitir el silencio cuando tienes la libertad de contar. En esta misma línea argumental que se nos presenta en el libro, Cueto nos manifiesta que para escribir es como estar en un cuarto oscuro, en el que iremos tanteando cada cosa, sintiéndolo, dándole forma y sobre todo alineándose a nuestro objetivo. Este va creando su propio tiempo, creando e innovando sonidos. Asimismo, me gustaría realizar hincapié en una cita de Clarice Lispector que Cueto resalta dentro de su diario: “Escribo como si fuese salvar la vida de alguien. Probablemente la mía propia” (2023, p. 91). Entiendo a la escritura como una vía de escape de los tormentos que inducen a estos a plasmarlos en un libro. Es en este sentido en que el autor nos permite interpretar mediante su obra que hay que esperar con dignidad a la muerte, es decir, mantenerse firme hasta el final.


En conclusión, después de realizar una breve relación conceptual entre la escritura y la soledad en relación al concepto de la rutina y los recuerdos, me permite entender que existe una materia prima en el que el escritor encuentra ese desencadenamiento para representar su historia que es la experiencia en sí misma: los recuerdos, las vivencias, la enseñanza. Invito a toda la comunidad lectora que se permita dejar llevar por cada página de este diario. Hay que considerarlo como una confesión en el que las críticas no sobrepasan la barrera de la empatía. Solo observemos y abracemos cada palabra que el autor va narrando. Es un secreto o confesión en el que el lector tiene que saber escuchar para comprender sus pensamientos. Si les gustan este tipo de libros como los diarios o las autobiografías, les recomiendo leer Antes del fin de Ernesto Sábato, Diarios (1910-1923) de Kafka, así como también Diario íntimo de Miguel de Unamuno.


Bibliográficas 


Cueto, A. (2023). Los años: diario personal. Ediciones Cueto.


De Unamuno, M. (1998). Antología poética. Alianza Editorial.


Fernando Pessoa (2017). Toda la gente que conozco. Editorial Verbum


Manguel, A. (2022). Una historia de la lectura. Alianza Editorial.


Whitman, W. (2016). Poems by Walt Whitman. Read Books Ltd.

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