¿No deberíamos dejar de deslegitimar el discurso ajeno basándonos en estigmas que, aunque reconocemos que existen, preferimos ignorar y fomentar?
A días de las elecciones es necesario reflexionar sobre las dificultades que enfrenta en la actualidad la representación estudiantil frente a la estigmatización de las organizaciones políticas y la creciente indiferencia del estudiantado hacia el proceso electoral.
Nociones básicas
Estos estudiantes, propiamente, mantienen la responsabilidad de institucionalizar las demandas de los estudiantes a fin de gestionar una PUCP segura e inclusiva
La representación estudiantil en nuestra universidad es de índole transversal; puesto que, se manifiestan distintas modalidades de la misma, que van desde la representación estudiantil en cargos de cogobierno hasta la representación gremial y Centros de Estudiantes. De esa forma, la presencia del estudiantado trasciende incluso a órganos de gobierno, como lo es la Asamblea Universitaria, la cual corresponde al máximo órgano de gobierno de la universidad. En dicha instancia, los representantes estudiantiles se involucran directamente con las autoridades competentes para elaborar propuestas y definir decisiones respecto a la gestión del funcionamiento de la universidad. En otros términos, estos estudiantes, propiamente, mantienen la responsabilidad de institucionalizar las demandas de los estudiantes a fin de gestionar una PUCP segura e inclusiva. Asimismo, la representación estudiantil también se ejerce a partir de las delegaturas así como otros cargos gremiales, fomentando así la participación activa y la visibilización de voces del estudiantado.
El estigma contra el participante de política universitaria
Considerando lo comentado anteriormente, la creación de listas por parte de agrupaciones políticas o independientes dentro de la PUCP es una expresión del pluralismo democrático presente en nuestra universidad; lo cual resulta necesario para la difusión de necesidades y demandas del estudiantado. No obstante, en el presente es posible evidenciar un estigma en contra de las personas que forman parte de la política universitaria indistintamente del rol que asumen. En este contexto, evidenciamos una clara distorsión sobre la representación estudiantil y la falta de interés sobre el desarrollo electoral. Puesto que, esta participación deja de ser vista como una forma de representación estudiantil y se convierte en un foco de críticas sobre posturas políticas; lo que genera la indiferencia de muchos estudiantes que, en lugar de presenciar discusiones al respecto, prefieren enfocarse en sus estudios.
Esta participación deja de ser vista como una forma de representación estudiantil y se convierte en un foco de críticas sobre posturas políticas
Por otro lado, tomar una postura política o definir a la que pertenece una lista determinada no es lo realmente negativo, la problemática surge cuando se desestima el discurso ajeno a partir de ello; siendo que, en realidad, muchas veces esa posición política responde a una realidad completamente distinta a la del contrario. En consecuencia, se desestima el actuar de los participantes cuyas propuestas eran una posible respuesta a las demandas de la comunidad PUCP. No obstante, independientemente de si su enfoque se relacionaba con la búsqueda de la igualdad de género, la lucha por la inclusión de diversidades, la búsqueda por una infraestructura inclusiva, oportunidades para deportistas y accesibilidad de las becas; en lugar de la apertura de un espacio en donde concretizar sus exigencias, encontrará un rechazo inherente a la lista que representan.
Tomar una postura política no es lo realmente negativo, la problemática surge cuando se desestima el discurso ajeno a partir de ello
A modo de reflexión…
El intercambio de opiniones pluralistas solo es posible evidenciarlo en nuestra presente realidad, una en donde mantenemos la plena libertad de elegir quiénes serán nuestros próximos representantes
Existen distintas listas u organizaciones políticas en nuestra universidad, todas con enfoques diferentes. No obstante, aquello no debe ser evaluado como una cuestión negativa, mucho menos deben ser consideradas así las demandas sociales, puesto que distintos enfoques permiten la apertura de distintas realidades a las cuales uno propiamente es ajeno. En ese contexto, el verdadero sentido de la democracia, el intercambio de opiniones pluralistas, solo es posible evidenciarlo en nuestra presente realidad, una en donde mantenemos la plena libertad de elegir quiénes serán nuestros próximos representantes. De esa manera, el desafío realmente se sitúa en la consolidación de un espacio de representación estudiantil ajena a la indiferencia del estudiantado frente al estigma contra los participantes de la política universitaria. Entonces, a fin de fomentar la participación electoral, ¿no deberíamos dejar de deslegitimar el discurso ajeno basándonos en estigmas que, aunque reconocemos que existen, preferimos ignorar y fomentar?
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