Tras la inacción de gobiernos de izquierda, es lógico que puedan surgir opciones de cambio desde la derecha política. Sin embargo, también es probable que puedan no alcanzar la popularidad necesaria para transicionar de gobierno. Esto se ha evidenciado en muchos casos en Latinoamérica.
Candidatos como Keiko Fujimori en Perú o Jair Bolsonaro en Brasil lograron ser candidatos con una popularidad reconocible. Incluso, Bolsonaro logró ser presidente. Por otro lado, el partido de Sandra Torres en Guatemala logró ser gobierno. Sin embargo, ¿Qué tienen en común estos tres casos? Acusaron de elecciones fraudulentas a las elecciones en las que perdieron.
Este breve recuento de hechos tiene como intención dar a conocer estos casos a nivel regional.
![](https://static.wixstatic.com/media/4512a1_f16f1236ab65496b85a48befbd1f29b9~mv2.png/v1/fill/w_555,h_322,al_c,q_85,enc_auto/4512a1_f16f1236ab65496b85a48befbd1f29b9~mv2.png)
Tras la inacción de gobiernos de izquierda de inicios del siglo XXI, surge, en Latinoamérica, una cuarta ola de populismos cercanos a la derecha política tras las experiencias de Kast en Chile y Bolsonaro en Brasil (Zanotti y Roberts, 2021, p. 25). Sin embargo, en términos generales, la derecha latinoamericana ha entrado en auge, y esta suele ser cercana, en sus propuestas, a la derecha radical europea (Zanotti y Roberts, 2021, p. 25). Políticos importantes como Jair Bolsonaro, Javier MIlei, Rafael López Aliaga, Keiko Fujimori, Paraguayo Cubas, etc. Son solo algunos de los políticos más populares de la derecha latinoamericana actual.
Si bien la derecha obtuvo victorias importantes. En los últimos años su auge electoral ha decaído. En Perú, en el 2021 Keiko Fujimori fue derrotada por el candidato Pedro Castillo. Asimismo, en el 2022, en Brasil, Lula da Silva obtuvo una victoria importante tras vencer a Jair Bolsonaro Y en el 2023, en Guatemala, Sandra Torres perdió ante Bernardo Arévalo. Estos tres casos tienen en común que tras la derrota de estos candidatos, se impulsó una campaña de deslegitimación de los resultados, alegando así al fraude electoral, el cual no existe debido a que los procesos electorales fueron avalados por organismos nacionales e internacionales. Este tipo de demandas, pueden venir de diferentes espectros ideológicos, no son exclusivas de la derecha, sin embargo, en los últimos años, la derecha ha sido la principal abanderada de estas demandas.
En primer lugar, en el 2021, tras una reñida y polarizada elección, Pedro Castillo fue electo como presidente del Perú. Sin embargo, la victoria fue bastante reñida y en algunas regiones el voto a favor de Pedro Castillo fue abismal. Tras perder, Fujimori no acepta el resultado e insta a la ciudadanía a no reconocer los resultados electorales pese a que organismos internacionales como la OEA y la Unión Interamericana de Asuntos Electorales llegan a la conclusión de que no hubo fraude electoral (Quesada y Fowks, 2021). Después de rendirse, incluso muchos políticos de la derecha siguieron alegando al fraude, el cual no existió.
En segundo lugar, tras una campaña ardua Lula da Silva reconquista la presidencia de Brasil en el 2022. Sin embargo, Bolsonaro apeló a un fraude. En primera vuelta, el ex candidato de derecha comentó que “los funcionarios electorales cuentan los votos en secreto, insinuando que podrían manipular los resultados” (Nicas et al., s.f.). Luego en la segunda vuelta, Bolsonaro volvió a negar los resultados a pesar de que observaciones nacionales e internacionales aseguraran la viabilidad de los resultados (Hurel, 2022). No reconociendo así su derrota, al igual que en el caso peruano de Keiko Fujimori.
En tercer lugar, tras muchos años de rechazo al status quo, en el 2023 Bernardo Arévalo logra la presidencia de Guatemala. Sin embargo, nuevamente la derecha, representada por Sandra Torres, buscó no reconocer el resultado alegando fraude. En esta ocasión, el partido por el que estaba postulando (Partido Unidad Nacional de la Esperanza) junto a su abogado presentaron la demanda de presunto fraude electoral. “El abogado alegó en declaraciones a la prensa que hubo duplicidad de actas y puso en duda el sistema de Trasmisión de Resultados Electorales Preliminares, además aseguró que no se les entregó a los fiscales de mesa de su partido copia de las actas” (Pérez, 2023). La victoria de Bernardo Arévalo significa una esperanza tras años de lucha para un cambio, sin embargo, no quiso ser reconocida por la derecha.
El reclamo por un supuesto fraude denota no solo rechazo al resultado, sino que demoras en la aceptación de este. Por ejemplo, en Perú Fujimori logró reconocer su derrota, sin embargo, sigue considerando que hubo fraude electoral (Calderón, 2021). Luego, en Brasil desde antes de la segunda vuelta, Bolsonaro insistía que no iba a dejar que Lula tome el poder (Nicas et al., s.f.). Entonces, si bien el reconocimiento de la derrota existió, fue demasiado tarde después de haber generado inestabilidad política.
En la actualidad, la derecha no acepta, en primera instancia, resultados electorales adversos, trayendo consigo un retroceso en los procesos de transición democrática en la región. Si bien, propuestas de diversos espectros políticos pueden minar la democracia, este tipo de reclamos de fraude sin fundamentos, por parte de la derecha, no ayuda a enriquecer la democracia y el debate público.
Bibliografía:
Calderón, M. (20 de julio de 2021). Keiko Fujimori afirma que reconocerá los resultados. El Comercio.
Hurel, L. (23 de noviembre de 2022). Bolsonaro solicita impugnar en Brasil las elecciones que perdió frente a 'Lula'. France 24.
Nicas, J., Milhorance, F., & Lonova, A. (s.f.). Así fue como el presidente de Brasil creó la falacia de las elecciones amañadas. The New York Times.
Perez, S. (25 de agosto de 2023). Candidata que perdió elecciones presidenciales en Guatemala denuncia presunto fraude en el conteo. Los Angeles Times.
Quesada, J., & Fowks,J. (7 de junio de 2021). Keiko Fujimori denuncia sin pruebas fraude electoral y agita el tramo final del escrutinio de votos en Perú. El País.
Zanott, L,. & Roberts, K. (2021). (Aún) La excepción y no la regla: la derecha populista radical en América Latina. Revista Uruguaya de Ciencia Política, 30(1), pp 25-48.
Comments