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Juventud o invisibilidad


En el ámbito del entretenimiento, las mujeres han lidiado persistentemente con estereotipos y expectativas sociales que restringen sus oportunidades a medida que envejecen. Mientras que los hombres tienden a disfrutar de carreras largas y diversas, las mujeres en las industrias del cine y la música enfrentan un ‘reloj’ biológico que les imponen no solo la naturaleza, sino también la sociedad y la cultura. Esto perpetúa la noción de que la juventud es una condición previa para que una mujer tenga éxito, pasando por alto la habilidad, la experiencia y la capacidad.



Caso de Demi Moore

Demi Moore ilustra perfectamente cómo el tiempo afecta a hombres y mujeres de manera diferente en Hollywood. En los años 90, estaba entre las actrices más solicitadas con papeles protagónicos en películas clásicas como Ghost (1990) y Striptease (1996). Sin embargo, después de cumplir 40 años, sus posibilidades de ser contratada para papeles protagónicos empezaron a caer en picada. A diferencia de actores masculinos de su edad como Moore, hombres de su generación como Tom Cruise o Brad Pitt continuaron recibiendo papeles de alto perfil. Moore, por otro lado, se vio obligada a reinventar su carrera y enfrentarse a una dura industria del entretenimiento que había comenzado a etiquetarla como "pasada de moda."

 

Uno de los casos más recientes que aborda este tema dentro de su filmografía es “La sustancia” (2024), un filme que denuncia la obsesión que existe en la sociedad por la juventud y la feminidad. En este thriller de ficción, Moore interpreta una mujer que, tratando de mantenerse joven y relevante, echa mano de una sustancia que la hace lucir joven. No obstante, dicha elección tiene unas consecuencias sobremanipuladas que, de manera simbólica, aterrizan las consecuencias que la industria inflige a las mujeres que intentan retar el tiempo.

 


El "reloj biológico" y su impacto en la industria

El término “reloj biológico” no solo es relevante a las mujeres en su vida privada donde hay maternidad y juventud, que son considerados valores, sino que también afecta a las mujeres en su faceta laboral. En el cine, las actrices son acomplejadas en parte por su avanzada edad, lo que limita la capacidad de algunas que pasan los cuarenta. Mientras que los hombres casi siempre gocen la oportunidad de protagonizar y ser galanes, banales, ya no importa la edad que tengan, para las mujeres sí, porque son arrinconadas a papeles de abuelas, madres, incluso suceden muchas cosas en las que ellos dejan de ser románticos o de acción, pero las mujeres siguen teniendo que hacer de soporte en sus roles.

 

Esta marginación no solo supone una pérdida en el ámbito ocupacional, sino que también afecta el capital sicosocial y la reputación social de las involucradas. La gran mayoría de las artistas han comentado sobre la necesidad de someterse a cirugías estéticas o tratamientos de “rejuvenecimiento” para ser consideradas como aceptables en la industria. Por otro lado, algunas mujeres que eligen no someterse a estas normas suelen ser criticadas o estigmatizadas, mientras que sus congéneres son alabados por “envejecer con clase”.

 

Tampoco en la música hay diferencia. Para unas artistas, la ausencia de una transformación plantea la pérdida de popularidad y como resultado, una invisibilización. Mientras que Madonna o Cher logran permanecer vigentes aun cuando cruzan las barreras de edad, muchas otras deben hacer un cambio radical en su imagen o estilo musical para permanecer visibles. En contraste, hombres como Jagger o Bono gozan de su éxito independientemente de su edad.

 

Por otra parte, en el caso de las adultas trabajadoras en el espectáculo, lo que predomina es la cosificación extrema. Cuando se trata de mujeres adultas intérpretes, la cosificación extrema es la norma. Mientras que los intérpretes masculinos pueden simplemente confiar en sus habilidades o experiencia para permanecer en la cima, las mujeres a menudo deben recurrir a explotar su imagen juvenil para permanecer en el radar del público y la industria. Esto no solo perpetúa desigualdades, sino que también impone una carga injusta sobre las artistas, quienes deben equilibrar su autenticidad con las exigencias de un sistema que premia la juventud por encima del talento.

 


Factores Cambiantes de la Percepción Pública e Industrial

 Como un desarrollo positivo, el debate sobre la igualdad de género dentro del sector del entretenimiento ha aumentado la aceptación de mujeres en una variedad de roles y a diferentes edades. Actrices como Frances McDormand y Meryl Streep nos han mostrado que no hay fechas de caducidad para el talento y cantantes como Adele han desafiado los estándares de belleza y juventud impuestos a las artistas femeninas. El cambio es progreso, pero aún estamos lejos de la meta, y las mujeres continúan luchando por el reconocimiento y la igualdad de oportunidades.

 


Reflexiones Finales 

El proceso de lograr la igualdad dentro del mundo artístico aún es largo, pero cada vez más mujeres están cruzando fronteras y cambiando la narrativa sobre el éxito en sus profesiones. Hay una necesidad de que la industria aprecie el talento más allá de los sesgos de edad y género. The New Vice de Demi Moore es un fuerte recordatorio de la lucha continua contra el mito de la belleza y la necesidad de un cambio real dentro de las estructuras del cine, la música y el arte. Esta es la única manera de lograr equilibrio y equidad en la industria del entretenimiento.

 

 

 
 
 

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