Necesitamos trabajar en la concientización de que la erradicación de la pobreza es un reto que nos compete a todos
Un 17 de octubre del año 1987, personas de diferente contexto sociocultural, religioso y/o económico se reunieron en la plaza del Trocadero en París, mismo lugar donde 39 años atrás se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Impulsadas por su inconformidad con el status quo, entendieron que existía un problema que necesitaba la participación y el compromiso de todos: La erradicación de la pobreza. Se calificó a la pobreza como una violación a los DDHH de las personas, además de promover el compromiso social por ser partícipes en esta lucha contra la pobreza.
A partir de ese día, mediante el reconocimiento oficial por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992, todos los años, respetando la soberanía e idiosincrasia de cada nación, se intenta promover y concientizar a la población respecto a la erradicación de la pobreza en todas sus formas, especialmente en países en vías de desarrollo como nuestro país, bajo el Día Internacional para Erradicación de la Pobreza.
Más allá del economicismo
En el Perú, a pesar de contar con una de las economías más estables y en constante crecimiento de la región en términos macroeconómicos, no se ha sabido reflejar dicho progreso en la población. Lo cual, genera un profundo descontento entre la mayoría de los peruanos, quienes enfrentan la incertidumbre de si podrán alcanzar una vida digna, con la capacidad de cubrir al menos sus necesidades básicas y salir adelante. Y es que, para el peruano, la pobreza es y ha sido un tema de constante preocupación a lo largo de los años, marcada por una alta disparidad y vulnerabilidad socioeconómica, generando brechas cada vez más amplias que fomentan la desunión, pérdida de identidad y desaliento, perjudicando así al más necesitado.
Se debe comprender a la pobreza como un fenómeno multidimensional, el cual abarca temas sociales, políticos, culturales, etc.
Sin embargo, antes de analizar dicha problemática, es necesario entender a la pobreza no solo como un fenómeno producido por la falta de ingresos, pues llega a ser más complejo que ello. Se debe comprender a la pobreza como un fenómeno multidimensional, el cual abarca temas sociales, políticos, culturales, etc. Puesto que las personas no solo buscan sobrevivir, sino además contar con los recursos necesarios para garantizar una calidad de vida (Wagle, 2002). Por tanto, es necesario entender este fenómeno no solamente bajo una mirada economicista, pues dichas dimensiones que abarca el tema de la pobreza en forma de necesidades, no van a hallar solución si no nos enfocamos en ver cómo se refleja en la población.
Perú: La promesa que no despegó
Para el año 2016, el Perú se convirtió en un caso ejemplar a comparación del resto de países
de la región por su alta tasa de eliminación de la pobreza respecto al 2006. En tan solo 10 años, según cifras del INEI, se logró reducir en un 28.4% la pobreza y en un 70% la pobreza extrema, permitiendo así que más de 7 millones de peruanos salgan de la pobreza. Además, siguiendo las tendencias estadísticas, para el año 2022, nuestro país habría logrado eliminar la pobreza en su totalidad. Sin embargo, dicha expectativa que suena ilusoria en nuestro contexto actual se vio frenada a partir del año 2017, y desde entonces no hemos podido tan si quiera mantener el 20.7% de pobreza existente en el 2016; muy por el contrario, enfrentamos una tasa de crecimiento de esta misma hasta un 30,1% en el 2020 y en la actualidad con un 29% de pobreza; en otras palabras, actualmente uno de cada cuatro peruanos se encuentra en situación pobreza. Conjunto a ello, las tasas de pobreza extrema no son menos alarmantes pues hemos tenido un crecimiento del 1.9%, haciendo un total del 5.7% de pobreza extrema en nuestro país.
No contamos ni con un sistema ni estructura sólida que pueda prevenir un mayor crecimiento de la pobreza en nuestro país
Tristemente, estas estadísticas lo que nos demuestran es que nuestro país no pudo despegar en cuanto a la erradicación de la pobreza, tal como las expectativas puestas nos mostraban que podíamos lograr. Ante ello, en dicho 2016, en pleno auge de nuestra lucha contra la pobreza en las últimas décadas, algunos especialistas ya pronosticaban que existía una gran posibilidad de que dicho decrecimiento fuera frenado por la falta de concientización respecto a la multidimensionalidad de la pobreza. Además, dichas estadísticas resultaban ser engañosas, pues no consideraban la vulnerabilidad monetaria que atraviesa gran parte de la población, entendiendo a dicha vulnerabilidad como la situación de riesgo en el que se encuentras las personas o familias, a caer en la pobreza producto de la escasez de activos suficientes o liquidez para poder afrontar pérdidas de ingreso significativas. Carolina Trivelli (2016) señalaba que la clase media emergente era endeble a cualquier eventualidad como el fenómeno del Niño costero y que dicha situación de riesgo significaría que la cadencia natural de la época no sería suficiente para erradicar la pobreza en su totalidad. Actualmente, un 31,4% de la población se encuentra en una situación de vulnerabilidad monetaria, lo cual significa que no contamos ni con un sistema ni estructura sólida que pueda prevenir un mayor crecimiento de la pobreza en nuestro país.
Además, dichas estadísticas resultaban ser engañosas, pues no consideraban la vulnerabilidad monetaria que atraviesa gran parte de la población
Ahora nos toca a nosotros
Ante ello, nace la incógnita sobre si en algún punto podemos encontrar una respuesta por parte del Estado que brinde una solución a la pobreza que pueda perdurar en el tiempo y no se estanque en él. Mientras tanto, como población, necesitamos trabajar en la concientización de que la erradicación de la pobreza es un reto que nos compete a todos y, por tanto, requiere nuestra involucración en propuestas de cambio en pro de los más necesitados. Por ello, este día resulta ser esencial para el desarrollo de nuestro país, un desarrollo donde busquemos eliminar las desiguales y una vida digna para todos.
Referencias:
Alvarado Tolentino, J. M. (2018). Análisis de la gestión del gasto público en inversión y su incidencia sobre la reducción de los niveles de pobreza en el Perú. Quipukamayoc, 26(51), 33-41.
Instituto Nacional de Estadística e Informática (2024). Perú: Evolución de la Pobreza Monetaria 2014-2023. Informe Técnico
Merino Núñez, Mirko, Córdova Chirinos, José William, Aguirre Pintado, Jeniffer Miluska, García Yovera, Abraham José, & López Ñiquen, Karla Elizabeth. (2020). Nivel de percepción sobre la pobreza en el Perú, causas y efectos sociales. Revista Universidad y Sociedad, 12(6), 46-53.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2023). Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. https://www.unesco.org/es/days/poverty-eradication
Perú por los ODS (2017). Según la Agenda 2030, elaborada por la ONU, el Perú debería poner fin a la pobreza para dicho año. Para cumplir esta meta, es fundamental impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. https://www.pods.pe/los-retos-que-debe-superar-peru-para-erradicar-la-pobreza/
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