El clásico sonido del cajón acompañado del compás de una guitarra cumple un papel preponderante en el legado cultural e histórico del patrimonio peruano.
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La música peruana y el criollismo han dado origen a una de las festividades más emblemáticas y queridas en el Perú: El Día de la Canción Criolla. Establecer una fecha para conmemorar esta celebración reafirma que la música criolla es un pilar fundamental en la identidad nacional y en el sentimiento de peruanidad que tanto caracteriza a la cultura popular. Es así como el clásico sonido del cajón acompañado del compás de una guitarra cumple un papel preponderante en el legado cultural e histórico del patrimonio peruano.
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Esta festividad se remonta a las primeras décadas del siglo XX, Juan Manuel Carrera del Corral, principal impulsor de esta corriente, fue clave en su institucionalización, ya que logró convencer al presidente Manuel Prado de crear la festividad en 1944, inicialmente conmemorada el 18 de octubre. La apropiación fue empleada, inicialmente, por la élite en función de sus necesidades hegemónicas para reflejar la situación de subordinación de los grupos marginales; a pesar de ello, significó un medio para facilitar su visibilidad cultural y social. La fecha de celebración cambió en 1973, tras la muerte de Lucha Reyes, una figura emblemática del criollismo de la época. Desde entonces, el Día de la Canción Criolla se celebra cada 31 de octubre, al ritmo de “ricas montañas, hermosas tierras y risueñas playas”.
Identidad cultural
La música criolla es un género musical costeño, una forma de vida, un signo para afirmar la identidad cultural nuestra
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La música criolla, conocida como "música mestiza", se originó a partir de la fusión de diversos elementos musicales, como el vals vienés, la jota española, las melodías prehispánicas peruanas y los ritmos afroamericanos. Esta mezcla simboliza el mestizaje peruano y refleja la rica diversidad étnica y cultural del país. Así, este género se convierte en una manifestación sonora de la identidad peruana, integrando múltiples raíces en una expresión artística única y auténticamente nacional. Esta combinación multicultural permitió que este género naciera en las calles y tabernas de Lima a finales del siglo XIX, y desde entonces ha evolucionado, incorporando elementos de la cultura popular y la lírica peruana.
De este modo, la música criolla ha capturado las emociones, las luchas del pasado y las tradiciones, preservando la memoria colectiva del Perú
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Asimismo, la música criolla ha desempeñado un papel crucial en la formación y enriquecimiento de la identidad peruana y su legado histórico. A través de sus letras y melodías, refleja las tradiciones, costumbres, valores y sentimientos del pueblo, reforzando un profundo sentido de pertenencia y unidad. Por ello, la música criolla es considerada por muchos peruanos como una forma de vida, ya que actúa como un poderoso medio de representación de vivencias y experiencias compartidas (Castillo Martel, citado en MINSA 2015). En ese sentido, esta música evoca recuerdos y sentimientos de amor, desamor, nostalgia, patriotismo y vida cotidiana, transmitiendo experiencias compartidas a lo largo de generaciones. De este modo, ha capturado las emociones, las luchas del pasado y las tradiciones, preservando la memoria colectiva del Perú.
Representación de sectores históricamente invisibilizados
Los músicos y compositores criollos provenían de sectores populares urbanos; eran en su mayoría artesanos y obreros [...] el vals criollo era considerado manifestación cultural de “las clases más pobres y más ‘ignorantes’”, y era llamada “música de chusma”
En los inicios del reconocimiento de la Canción Criolla, la élite gobernante asoció este género con las masas populares con fines hegemónicos, utilizando la música para marcar las diferencias de clase y ejercer control sobre los sectores más vulnerables. Esto provocó que las clases alta y media de Lima desarrollaran un sentimiento de rechazo y antipatía hacia los músicos populares, compuestos en su mayoría por artesanos y obreros, considerados parte de la clase baja. Para estas élites, la Canción Criolla era vista como "música de chusma", carente de refinamiento y "buen gusto" (Bustamante, 2007). No fue hasta la aparición de medios de comunicación masiva que empezó el proceso de profesionalización de la música criolla.
La élite gobernante asoció este género con las masas populares con fines hegemónicos, utilizando la música para marcar las diferencias de clase y ejercer control sobre los sectores más vulnerables
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afroperuanos, quienes usaron la música como una forma de mantener vivas sus tradiciones, simbolizando la lucha por el reconocimiento y el respeto de la diversidad cultural en el Perú.
Por aquel entonces, se produjo una creciente migración de pobladores andinos hacia Lima, la cuál trajo consigo una rica herencia cultural que contribuyó a la evolución de la música criolla. Los nuevos migrantes llevaron sus tradiciones, lo que enriqueció el panorama musical y fomentó un sentido de comunidad de la población andina.
“Este ritmo de negros, este ritmo sabroso. Este ritmo sabroso aquí. Lo hizo Porfilio Vasquéz, ese gran señor”. Raíces del Festejo, Eva Ayllón
"Nosotros los cholos no pedimos nada. Pues faltando todo, todo nos alcanza [...] Cholo soy y no me compadezcas." Cholo soy y no me Compadezcas, Luis Abanto Morales
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En suma, la música criolla implicó un gran avance para el reconocimiento de la mujer en la cultura peruana, brindándole un espacio para expresarse, desafiando las normas tradicionales de género que predominaban en la sociedad. Convirtiéndose en figuras icónicas, no solo de la música criolla, sino también como referentes de la cultura nacional.
“Y recuerda que, jazmines en el pelo y rosas en la cara. Airosa caminaba la flor de la canela” La Flor de la Canela, Chabuca Granda
Una fecha para conmemorar
En este día, no solo se comparten melodías y ritmos; se transmiten también sentimientos profundos y una herencia que perdura a lo largo del tiempo.
El Día de la Canción Criolla es una ocasión para honrar la riqueza cultural, la identidad y el alma del Perú. Esta celebración representa la historia y la lucha de los sectores populares por ser visibilizados, reflejando las experiencias que unen a los peruanos. En este día, no solo se comparten melodías y ritmos; se transmiten también sentimientos profundos y una herencia que perdura a lo largo del tiempo. Cada 31 de octubre, recordamos la esencia de lo que significa ser peruano, y esta festividad invita a las nuevas generaciones a reconocer el poder de la música como vehículo de identidad, a sentirse parte de una historia colectiva y a comprender que en cada letra vive un pedazo de la historia peruana.
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