A finales de 2019, Chile se vio envuelto en una de las crisis políticas y sociales más profundas de su historia, conocida como el "Estallido Social". Todo comenzó debido al aumento en la tarifa del transporte público en la ciudad de Santiago. Esta crisis llevó al entonces presidente Sebastián Piñera a convocar un plebiscito nacional el 25 de octubre de 2020, en el que la población fue consultada sobre su disposición a cambiar la Constitución. El resultado fue contundente, y Chile se embarcó en un proceso constituyente.
Hoy en día, después de dos propuestas de cambio de la carta magna que resultaron en fracasos, la primera elaborada por las izquierdas y la segunda por las derechas, Chile vuelve a regirse por la misma constitución que ha tenido desde 1980.
El balance final y las lecciones que este proceso deja al Perú y al resto de los países se abordarán en la siguiente columna de opinión.
![](https://static.wixstatic.com/media/4512a1_9dd41e7bbbfb47d7ae4de4b87fcb05c0~mv2.webp/v1/fill/w_960,h_640,al_c,q_85,enc_auto/4512a1_9dd41e7bbbfb47d7ae4de4b87fcb05c0~mv2.webp)
Entre octubre de 2019 y marzo de 2020, en Chile se desató una de las crisis políticas y sociales más profundas de su historia, conocida como el "Estallido Social". Todo comenzó a raíz del aumento en la tarifa del transporte público de la ciudad de Santiago. Esta crisis puso “contra las cuerdas” al entonces presidente Sebastián Piñera, llevándolo a convocar un plebiscito nacional el 25 de octubre del 2020 en el que la población fue consultada sobre su disposición a cambiar la Constitución. El resultado fue contundente y Chile se embarcó en un proceso constituyente.
Con la victoria del "Apruebo", se instituyó una Convención Constitucional integrada por un total de 155 miembros. Las diversas formas de la izquierda consiguieron obtener la abrumadora mayoría de los constituyentes requeridos, destacando que esta fase del procedimiento incorporó medidas de cuotas que abarcaban aspectos étnicos, de género, entre otros.
Tras unos meses dicho documento estuvo listo y fue puesto a consulta. Algo necesario de resaltar es que a diferencia de las consultas anteriores dentro del proceso constituyente este último tuvo como característica especial que la votación adquirió el carácter de obligatoriedad. Poco antes de este contexto, Gabriel Boric, el líder de izquierda progresista de la coalición Unidad para Chile, había ganado las elecciones presidenciales del año 2021 frente al líder de derecha conservadora, José Antonio Kast del Partido Republicano de Chile. Boric, tanto de manera directa e indirecta impulsó el mencionado proyecto constituyente.
Como se sabe, el resultado de la consulta sobre el borrador propuesto, mayormente elaborado por los sectores de izquierda, fue un rotundo fracaso. Entre las causas más destacadas de su fracaso se incluyen la propuesta de establecer un Estado plurinacional, la sugerencia de eliminar el Senado y reemplazarlo por otro órgano, cambios profundos en el modelo económico, diversos mecanismos de expropiación y facilidades para la creación de empresas públicas, entre otros (BBC NEWS Mundo, 2022). Muchos apuntaron a que el error de las distintas agrupaciones de izquierda estuvo en no buscar consensos con las agrupaciones de derecha y centro derecha para matizar algunos puntos en ella y optaron por radicalizar sus propuestas.
Ante este nuevo escenario, el presidente Boric propuso continuar con el proceso y repetirlo, ya que, según él, el pueblo chileno había votado por un cambio. Es en este punto en donde la derrotada derecha toma la posta y en la nueva elección de constituyentes se hace con gran parte de los escaños, resalta aquí el Partido Republicano y el ya mencionado líder conservador, Kast.
La propuesta de la derecha chilena fue sometida a consulta mediante plebiscito ayer, y como hemos presenciado, resultó ser otro fracaso. Si bien es cierto el texto proporcionaba puntos interesantes como el de hacer prevalecer a las personas y las familias frente al Estado, reconocer el cuidado del medio ambiente y la diversidad cultural del país; sin embargo, algunos sostienen que la derrota podría explicarse tal vez porque mantenía el modelo de Estado subsidiario y, en algunos aspectos, lo profundizaba, presentando un sistema mixto en salud, entre otras propuestas que parecían más un programa de gobierno de la derecha (Paúl, 2023). Es decir, al parecer, se volvió a caer en el mismo error de no buscar puntos intermedios con otras agrupaciones de diferentes orientaciones políticas.
Además, es relevante señalar que, según la respetada encuesta Cadem en Chile, aproximadamente un tercio de los votantes (32%) manifestó estar "poco o nada" interesado en el proceso. Esto sugiere que los casi cuatro años de proceso constituyente parecían haber generado estrés en gran parte de la población. Por último, parece que no se tuvieron en cuenta algunas de las prioridades actuales de la población, como la seguridad, la delincuencia o el narcotráfico.
Con todo esto, el líder conservador Kast reconoció su nueva derrota, mientras que el presidente Boric celebró de manera pírrica, ya que su objetivo principal, junto con los sectores cercanos a él, era cambiar la Constitución de la era Pinochet. Sin embargo, al analizarlo, no sería preciso denominarla de esa manera, dado que esta ha sido reformada en varias ocasiones, desde la época de "La Concertación" en adelante. Además, cabe destacar que esta Constitución permitió que Chile fuera en su momento uno de los países más prósperos y desarrollados de la región. De este modo, nuestro vecino país del sur regresa al punto donde comenzó este proceso allá por 2019 y se aleja de los caminos emprendidos por Venezuela, Bolivia y Ecuador en sus respectivos momentos.
Con todo esto ¿Qué podemos aprender como sociedad al ver todo este turbulento proceso? Se debe entender que quizás el “origen” del documento no es el mejor argumento para intentar “refundar” una nación. Esto en alusión a que en Chile uno de los argumentos centrales para deshacerse de la carta magna, en un inicio, fue la de pensar que esta fue gestada durante la dictadura de Augusto Pinochet, caso similar ocurre en nuestro país cuando se pide cambiar el documento con el argumento de que se originó en la autocracia de Alberto Fujimori. En ambos casos, se sabe, que ambos documentos han cambiado sustancialmente en distintos aspectos y las figuras relacionadas han sido, de alguna manera, desvinculadas de estas.
Pero claro, sería un error pensar que el problema solo radica en el origen del documento. Existen múltiples problemas que afectan a la sociedad chilena, y a cualquier país en realidad que explican el deseo de cambio de diferentes sectores de la población. Sin embargo, es crucial analizar y reconocer los logros alcanzados como sociedad, como país, como nación antes de enrumbarse en un proceso tan incierto. En ese sentido, es fundamental abordar y cambiar aquellas cosas que verdaderamente no funcionan y que son perjudiciales para el desarrollo de todos. Es así que, la reforma se presenta como el camino adecuado frente a cualquier intento de cambio abrupto y emocional, ya sea en Chile o en cualquier otro lugar, a menos que el sistema esté en colapso, lo cual no es nuestro caso ni el de Chile.
En nuestro país, es cierto que en estos tiempos el impetuoso y peligroso deseo de cambiar radicalmente nuestra constitución está en pausa; sin embargo, no es algo que vaya a cesar a corto o mediano plazo. En este sentido, es fundamental trabajar para realizar las reformas necesarias y preservar aquellas cosas que han permitido a nuestro país crecer y prosperar.
Bibliografía:
BBC NEWS Mundo. (4 de septiembre de 2022). Chile rechaza ampliamente la propuesta de nueva Constitución. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-62790788
Paúl, F. (18 de diciembre de 2023). 3 claves que explican por qué Chile rechazó la segunda propuesta para cambiar la Constitución (y qué pasa ahora). BBC NEWS Mundo. https://www.bbc.com/mundo/articles/cner24k0j9lo
Comments