Mañana, 8 de marzo, será un día de reflexión y de lucha en el que muchas mujeres y diversidades reafirmarán su compromiso con la causa feminista. Al adquirir este compromiso político, debemos ser conscientes que somos actoras de una lucha que empezó antes que naciéramos y que nos trasciende en todo sentido. En esa línea, este día constituye una oportunidad para visibilizar, reivindicar y agradecer a aquellas mujeres que lucharon por los derechos y libertades a los que tenemos acceso hoy en día. Es por esta razón que el presente artículo tiene como objetivo conmemorar a una de las primeras feministas peruanas y precursora del sufragio femenino peruano: Zoila Aurora Cáceres. Para este objetivo, primero procederé a describir algunos datos personales relevantes. Luego, explicaré las principales ideas e influencia de su planteamiento feministas. En tercer lugar, analizaré el significado de los principales hitos de su activismo feminista.
Cáceres, además de una incansable y tenaz precursora del movimiento sufragista femenino, fue escritora, periodista y viajera. Fue hija del expresidente Andrés Avelino Cáceres, lo cual le permitió gozar de un círculo social e intelectual amplio y de una educación privilegiada en el extranjero (Pachas, 2009). Según Valdivia, la experiencia en Europa, sobre todo por su observación directa de la sindicalización femenina, la llevó a pronunciarse a favor del activismo femenino como medio para la conquista de derechos laborales y políticos (2019).
Cáceres fue la máxima representante del denominado “feminismo maternalista” en su época, que Palermo define como:
Aquellos argumentos de los legisladores orientados a cuestionar la discriminación de la mujer y justificar su incorporación a la política, sobre la base de un reconocimiento a capacidades específicas de su sexo. En general este modo de argumentación se basó en la utilización de la ideología de la domesticidad, es decir en el presupuesto de funciones y ámbitos diferenciados para el hombre y la mujer, para promover la participación de la mujer en el ámbito público sobre la base de sus roles domésticos y su rol maternal.
Valdivia sostiene que el feminismo maternalista estuvo imbuido de la doctrina católica “en lo correspondiente al ideal de la construcción de la identidad femenina relacionada con la educación, la maternidad y la vida matrimonial”. En ese sentido, se podría decir que en el feminismo católico de Cáceres confluyen concepciones decimonónicas maternalistas sobre el rol y la naturaleza femenina con modernas reivindicaciones como lo fue el sufragismo.
Respecto a su activismo a favor de los derechos políticos, fundó el Centro social de señoras (1918) que tuvo como fin instruir a las mujeres, pero sin alejarlas de sus actividades tradicionales en el hogar (Pachas 2021). En su lucha por lograr el sufragio femenino, con una postura más radical e integral, creó “Feminismo Peruano” (1924), cuyo principal objetivo fue los derechos políticos femeninos. Al ser una mujer cosmopolita con una amplia red de contactos, esta organización gozó de gran cobertura en medios de comunicación. Como señala Guardia, gestionó diversas cartas a intelectuales y políticos de la época entre los que destacaron Basadre, Miguelina Acosta, Dora Mayer, Luis Alberto Sánchez, José Antonio Encimas, entre otros (Villavicencio 1990). Durante la Asamblea Constituyente de 1932, Feminismo peruano logró imponerse a las posiciones adversas e influyó en un triunfo parcial: la consecución del sufragio municipal (Pachas 2009).
Como señala Villavicencio, a diferencia de Evolución Femenina, la línea de acción de esta organización también estuvo dirigida al activismo sindical popular. Así, en 1930, Cáceres asesoró la creación del primer Sindicato de Costureras (1990). Pero el caso más emblemático, y sin precedentes en la historia peruana, fue la huelga de telefonistas de 1932. El servicio telefónico comenzó a implantarse en el gobierno de Cáceres, pero luego pasó a manos del capital extranjero norteamericano. La empresa a cargo comenzó a incumplir las condiciones laborales adecuadas para las telefonistas. Frente a esta situación las telefonistas pidieron apoyo a Cáceres. Para este momento, Cáceres ya era una líder de opinión importante que gozaba de gran prestigio (Villavicencio 1990). Tanto las telefonistas y Cáceres, a través de Feminismo Peruano, actuaron como mujeres con capacidad de agencia en una sociedad patriarcal. Buscaron sensibilizar a la opinión pública a través de diversas estrategias como volantes, misivas y publicaciones en periódicos como El Comercio. También tuvieron éxito al buscar el apoyo y formar alianzas con diversos colectivos y gremios. Un claro ejemplo es el apoyo que les brindó el Sindicato de Empleados Bancario (Pachas 2021).
Su enérgico involucramiento en la protesta de las telefonistas le valió el acoso de ministros que incluso dieron la orden de intervenir su casa. Siete años después de la huelga, Cáceres relató su experiencia en la memoria de “Feminismo Peruano Zoila Aurora Cáceres” (FPZAC). Allí acusó al ministro de Gobierno, José Francisco Tamayo, y al ministro de Economía, Ulises Reátegui, quien tenía vínculos con la Compañía de Teléfonos denunciada, de haberla hostigado:
El Doctor Tamayo, mediante sus agentes de policía atropelló mi domicilio, en el que se habían reunido las telefonistas al declararse en huelga, por lo que protesté en la Prensa local; al mismo tiempo comprendí, que se corría un riesgo del que quise prevenir a las socias del FPZAC, por lo que continué sola para no comprometerlas, alentando a las valerosas jovencitas que dieron el primer grito de rebeldía femenina lanzando un clamor de justicia
(Pachas, 2021, p. 110).
Al respecto, Sofía Pachas comenta, a partir de lo que propone Scott, que “esta actitud intolerante y abusiva evidencia, como los estudios de género, el poder que discrimina y atenta contra las mujeres” (Pachas, 2021). Por consiguiente, la autora sostiene que: “En este caso, fue un poder tripartito: el poder represivo de los policías que cumplían órdenes, el poder político, representado en los ministros de Estado, y el poder económico de la Compañía de Teléfonos […] No obstante, estos poderes no amilanaron a las mujeres de esta historia” (Pachas, 2021: 118-119).
Así, Cáceres, en su condición de mujer feminista que transgredió los roles de género, sufrió las consecuencias de su ardua y difícil tarea de cambiar una mentalidad machista y patriarcal asentada durante siglos.
La historia de Zoila Aurora Cáceres y el colectivo Feminismo Peruano es muestra de la lucha sin tregua, con valentía y persistencia, por los derechos políticos de las mujeres. A partir de la historia de Cáceres, he buscado resaltar y conmemorar la lucha y los ataques que recibieron aquellas mujeres peruanas que lucharon por el sufragio. En este día, aprender del proceso histórico de lucha femenina nos permite cambiar todo un andamiaje de ideas y creencias, así como ser conscientes del fuerte vínculo que nos une con el sufrimiento y victorias pasadas de las mujeres.
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Referencias bibliográficas
Pachas, Sofía. 2021. “Las chicas del cable en huelga. Feminismo Peruano Zoila Aurora Cáceres y el reclamo de las telefonistas (Lima, 1931)”. Meridional. Revista Chilena de Estudios Latinoamericanos 17 (septiembre): 101-123. Consulta: 12 de noviembre de 2021.
https://revistas.uchile.cl/index.php/MRD/article/view/64853
Pachas, Sofía. 2009. Aurora Cáceres ''Evangelina'': sus escritos sobre arte peruano. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Consulta: 10 de noviembre de 2021. https://docplayer.es/66294017-Evangelina-sus-escritos-sobre-arte-peruano.html
Villavicencio, Maritza. 1990. Breve historia de las vertientes del movimiento de mujeres en el Perú. Perú, Lima: Ediciones Flora Tristán, Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán. Consulta: 10 de noviembre de 2021.
https://perulibertario.wordpress.com/2018/11/01/pdf-breve-historia-de-las-vertientes-del-movimiento-de-mujeres-en-el-peru-por-maritza-villavicencio-f/
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