top of page

Corrida de toros, una "fiesta" amada y odiada

Bryan Oscanoa

Este domingo 29 de octubre arrancó la 1° fecha de la feria del Señor de los Milagros en la plaza de toros de Acho. Por un lado, la tauromaquia ha desarrollado su propia cultura con música, baile y alcohol, lo que solo se puede conocer estando dentro del recinto.
Por otro lado, las fiestas taurinas han sido objeto de debate. Los animalistas incluso llegaron al extremo de exigir a las autoridades de Lima el cierre de la plaza o que se le dé otro uso. Sin embargo, no se debe olvidar que las corridas de toros son festejadas más en la sierra que en la costa.


Este artículo lo escribo de manera muy personal, ya que provengo de una familia taurina y ganadera de Junín.


Este domingo 29 de octubre se dio inicio a la primera fecha de la feria del Señor de los Milagros en la Plaza de Acho. La cultura que se vive en esta fiesta taurina es muy interesante. En primer lugar, durante la previa, hay un ligero festejo con música, bailes y bebidas alcohólicas. En cuanto al público, el outfit que usa la mayoría es de la siguiente manera: camisa blanca, sombrero crema y una bota que contiene vino. En plena función, cuando los matadores o picadores cometen errores, los espectadores no dudan en expresar su disgusto. De hecho, cuando ven que un toro no es lo suficientemente bravo, exigen que se cambie por otro.


Cuando las corridas hayan terminado, no podría faltar la visita de los activistas, quienes ejercerán su derecho a defender a los animales. Sin embargo, lanzan insultos como "asesinos" y "elitistas". Lo sorprendente es que se trata de un grupo reducido de no más de 20 personas, en su mayoría mujeres que usan como herramientas a sus carteles y agresiones verbales.

Asimismo, ese activismo animalista no posee el mismo alcance en la sierra, donde esta actividad es ampliamente aceptada. En las regiones andinas, pareciera que estos antitaurinos teman ser rechazados; debido a que, en la sierra es donde hay más plazas de toros y, por lo tanto, más público taurino. En los casos de Cajamarca y Apurímac, los ciudadanos llenan los cerros aledaños para ver la fiesta taurina, debido a que sus plazas llenaron el aforo.


En la arena, se enfrentan dos seres vivos con una enorme diferencia en cuanto al peso. Mientras el torero tendría unos 70 kilos aproximados, el toro de lidia pesaría unos 500 kilos. Sabiendo estos datos, es evidente que el torero es quien arriesga su vida. No obstante, los animalistas, al respecto, dirán que el torero cuenta con práctica y conciencia. Esto último es cierto, pero esas "habilidades" no quita el peligro al que se exponen cuando enfrentan a un animal que sextuplica su peso. Posiblemente al disponer de esas "habilidades" aprendidas en años, recién se tendría el coraje de quedarse parado y "bailar" al toro bravo.


No se debe olvidar que ilustres personalidades del siglo XX y XXI han sido o son admiradores de las corridas de toros como Mario Vargas Llosa, Fernando Belaúnde Terry, Federico García Lorca, Salvador Dalí, Pablo Picasso, Ernest Hemingway, rey Felipe VI de España, etc. No obstante, no significa que a todo el mundo debe gustarle. No se le obliga a la gente a que vaya a la plazas de toros.


31 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


CONTÁCTANOS

Gracias por escribirnos!

bottom of page