Es menester pensar en las distintas propuestas que manejamos en este espacio, donde el debate es base para poder progresar como una sociedad más responsable y comprensiva. Es así que, se procede a debatir la postura que lapida la agresión hacia Dina Boularte.
En la presente columna vamos a plantear una visión más extensa ¿Por qué se dio el jalón de pelo contra Dina Boluarte? No nos detendremos únicamente en las peculiaridades y la limitada visión jurídica para estos temas, sino que proseguiremos a analizarlo desde las Ciencias Sociales –con una breve incursión desde las Ciencias Jurídicas–.
El sentimiento por los asesinatos y la falta de justicia se pueden comprender como un proceso de triple muerte, donde lxs sujetxs, en una primera instancia, mueren por la exclusión social; en segunda, la muerte propia ocasionada por grupos armados o el Estado; y, finalmente, el rechazo al acceso a una verdadera justicia (Vivanco, 2018). La teoría de la triple muerte –o triple asesinato– es una forma de poder observar el sentimiento de una comunidad que ha sido constantemente atropellada, siendo esta tercera muerte, la más dolorosa de todas. Pues, es la reafirmación del poco valor que el Estado reconoce en sus vidas.
Esto irremediablemente, ha llevado a que, el sistema político democrático sea fuente clara de desconfianza entre lxs ciudadanes. Otros motivos que llevan a la indignación, ya no es solo Dina mencionando que "[…] [En las] marchas hay azuzadores sentenciados por terrorismo" (La República, 2023), sino tambien un sistema completo desde el Congreso hasta el sistema Judicial que no puede satisfacer las mínimas necesidades de la población. En este caso, en específico, ha generado que lxs asesinadxs sean totalmente invisilizadxs. Las altas esferas políticas se desconocen de la ciudadanía, generando discursos de exclusión y de desconocimiento ante sus demandas. No solo ello, sino que generan estrategias políticas para poder protegerse mutuamente y silenciar a cualquiera que acuse al gobierno. Estos actos en contra de la población, llevan a que la misma busque formas alternativas para mostrar su indignación contra las autoridades y el sistema; es así, como una democracia sumamente dañada por la propia representación nacional lleva a que la población deje de creer en el sistema democrático (Garza, 2019).
Ello se refuerza más cuando la propia Dina Boluarte, menciona que "No entiendo por qué […] anuncian con llegar a Lima" (Benavides, 2023). Pues se demuestra como más sólida la tesis de que es el propio gobierno quien no demuestra una comprensión del clamor popular. Generando constantemente una desacreditación absoluta a las marchas, lo cual mantiene una indignación popular, pues este gobierno no puede empatizar con aquellxs a lxs que representa. Estas palabras, se enmarcan en un fenómeno de distanciamiento político donde la élite política no es capaz de entender las demandas populares y la sociedad civil es alejada –o no tiene la suficiente fuerza– para lograr poner en agenda sus demandas (Oxhor, 2003).
Dentro de este análisis, se debe detallar las herramientas que usa el actual gobierno para desconocerse de la población, en este caso, nos concentraremos en el conocido “terruqueo”. La cita anteriormente mencionada de Dina –donde se menciona que hay terroristas en las marchas– se puede complementar con la declaración que realiza en el canal de Milagros Leiva donde diría que “[…] No me esperaba tremenda violencia provocada por algunos políticos azuzando las calles” (El Comercio, 2023). Es claro que sus discursos se encuentran enmarcados en el fenómeno del “terruqueo”, este hecho lingüístico, funciona como una herramienta de expulsión política y desvalorización de diversas demandar políticas, además tiene un fuerte carácter racista; en algunas ocasiones, se incluye una "infantilización" e incapacidad de tomar decisiones de lxs actores políticos que participan en las movilizaciones (Zavala y Almeida, 2022). Entonces, nos encontramos a un Estado que no solo se ha distanciado de la población, sino que la ha desprestigiado, invisibilizado, asesinado y le ha negado la justicia por sus muertxs.
¿Cómo podemos concluir que la “agresión”, realizada por la ciudadana, no se encuentra dentro de marcos políticos que han sido generados por la propia Dina Boluarte y la élite política? No podemos hablar de una constitución como cimientos de la democracia, pues todo sistema político se basa en la confianza que las personas tienen en este. Y, como lo hemos demostrado a lo largo del presente artículo, como mínimo, la confianza está sumamente dañada por un sistema de exclusión constante de los sectores políticos menos escuchados. Además, podemos mencionar que el propio sistema constitucional y, en general, el legal se basan en una perpetuación de los privilegios de las élites contra las clases más necesitadas (Rodriguez, 2015). Por ello podemos mencionar que dentro de nuestro actual sistema democrático nos encontramos bajo escalones academicistas, elitistas y desiguales que sólo remarcan los sistemas de disparidad que se vienen jalando desde la propia fundación de nuestra República – e incluso antes -.
Se desarrolló la erosión en la creencia de la democracia, también con ello he intentado comprender las causas por las que personas buscan medios alternativos de justicia, pero creo que es oportuno, por fin preguntarnos ¿Cuál es el motivo directo de la “agresión”? La respuesta instintiva de la protagonista del incidente, Ruth Bárcena, fue: "mataron a mi esposo, ¿voy a estar tranquila yo?"(Calderón, 2024). Y, cómo no comprender lo que sucede aquí, no es solo la figura de la presidenta –que ha terruqueado a lxs asesinadxs, a su marido, que ha tratado de marionetas a todxs las personas que protestaron contra ella, que no logra ha empatizar con la población –es todo un sistema que les ha expulsado. Es así como tenemos a una población sumamente distante a la política nacional. No solo es la desafección política, la que genera esta búsqueda alternativa de justicia, sino la impotencia ciudadana de no tener una voz ante la élite política. Esto nos es más que el reflejo del hecho de no tener herramientas mínimas para poder tener potestad sobre las decisiones. Dentro del análisis de la Ciencia Política, podemos presenciar que la impotencia política es una sensación en la población de que sus acciones – tanto colectivas como individuales– no tienen repercusiones reales. De tal modo, se deja de creer en la democracia y existe una necesidad de buscar alternativas que puedan satisfacer está búsqueda de justicia (Laca, Santana, Ochoa y Mejía, 2011). Por tanto, creo que podemos hablar que como mínimo es comprensible lo suscitado en este caso.
Finalmente, en todo este caso, no se justifica la violencia política por ningún lado, puesto que, si comprendemos a la violencia política como, una acción que realiza siempre y de forma continua y coordinada (Barreto y Borja, 2007). Esta acción es un hecho aislado, es un suceso fortuito que se dio por la indignación e impotencia histórica de un grupo, es más, si nos apegamos a la definición comprendemos que la verdadera violencia política se da por el propio Estado, que ha mantenido una persecución política a todo un sector político.
Por consiguiente, podemos mencionar que, este suceso puede ser comprendido dentro de los marcos de una constante exclusión social, un silencio sistemático por parte de las propias autoridades y un alejamiento por parte de la élite política. Este suceso, no es más que la muestra de que el actual sistema político se encuentra resquebrajado y dañado desde hace años. Y, que se sigue perpetuando ello desde hace décadas, además de ser Dina Boluarte el actual bastión de está distanciamiento y falta de creencia en la democracia. Además, podemos concluir que existen heridas abiertas dentro del país, la falta de justicia lleva a que la población sienta que sus muertxs, están muriendo más. En fin, podemos mencionar que este es un caso más de falta de falta de justicia y de silencio político y a título propio, resulta necesario que hagamos memoria por los más de 60 muertxs. Es relevante recordar que Leonardo David Hancco Chacca fue una de las víctimas de los asesinatos cometidos en Ayacucho el pasado 2023, él fue esposo de Ruth Barcena, la mujer que protagoniza este debate.
Referencias bibliográficas:
Barreto, Idaly y Borja, Henry. (2007). Violencia política: algunas consideraciones desde la psicología social. Diversitas, 3(1), 109-119. http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-99982007000100008&lng=pt&tlng=es.
Benavides, S. (2023, 19 julio). Boluarte pide que las marchas convocadas para este miércoles sean «pacíficas». CNN. https://cnnespanol.cnn.com/2023/07/18/boluarte-pide-manifestaciones-miercoles-pacificas-orix/
Calderon, C. (2024). Insultan y jalan el cabello a Dina Boluarte en Ayacucho: presidenta es agredida por deudos de fallecidos en protestas. (2024, 21 enero). Infobae. https://www.infobae.com/peru/2024/01/20/presidenta-dina-boluarte-es-agredida-en-ayacucho-la-insultan-y-le-jalan-el-cabello/
Garza, M, A. (2019). El estudio de la desafección política. Infante, Wright y Cantú (Ed.), Desafección Política en Nuevo León, pp. 29 - 55. Comisión Estatal Electoral Nuevo León.
Laca Arocena, Francisco Augusto, Santana Aguilar, Heriberto, Ochoa Madrigal, Yunuen, & Mejía Ceballos, Juan Carlos. (2011). Percepciones de bienestar social, anomia, interés e impotencia política en relación con las actitudes hacia la democracia. Liberabit, 17(1), 7-18. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-48272011000100002&lng=es&tlng=es.
República, L. (2023, 4 enero). Boluarte dijo que “hay azuzadores en las marchas sentenciados por terrorismo” sin mostrar pruebas. La República.pe. https://larepublica.pe/politica/2023/01/04/protestas-en-peru-presidenta-dina-boluarte-dijo-que-hay-azuzadores-en-las-marchas-sentenciados-por-terrorismo-sin-mostrar-pruebas-atmp
Rodríguez Ortega, J. A. (2015). Crisis en la legitimidad del Estado, del derecho y de la democracia liberal. Pensamiento Jurídico, (41), 10512. https://revistas.unal.edu.co/index.php/peju/article/view/55391
Oxhorn, P., (2003). Cuando la democracia no es tan democrática. La exclusión social y los límites de la esfera pública en América Latina. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, XLVI(187),131-176.[fecha de Consulta 5 de Febrero de 2024]. ISSN: 0185-1918. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=42118706
Vivanco, Lucero de. (2018). Tres veces muertos: narrativas para la justicia y la reparación de la violencia simbólica en el Perú. Revista chilena de literatura, (97), 127-152. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-22952018000100127
Zavala, Virginia, & Almeida, Claudia. (2022). “Motoso y terruco”: ideologías lingüísticas y racialización en la política peruana. Lexis, 46(2), 481-521. Epub 22 de diciembre de 2022.https://dx.doi.org/10.18800/lexis.202202.002
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